Los malvivientes ingresaron a la vivienda fuertemente armados y exigieron a los ocupantes dinero. Tras amenazar a los miembros de la familia, se llevaron dinero, bebidas alcohólicas añejadas y celulares.
Según el testimonio de una de las víctimas, los sospechosos llegaron a la vivienda armados, les pidieron que se echen al suelo y les dijeron que nada les pasaría si entregaban el dinero.

Antes de abandonar el sitio con unos G. 30 millones, los desconocidos también se llevaron las cámaras de seguridad.
El hecho se produjo en presencia de niños y las cuatro personas estaban encapuchadas. Incluso, antes de salir de la casa, los malvivientes contaron el dinero.
Los delincuentes contaban con una campana que se comunicaba con ellos mediante un teléfono celular.