Como todas las mañanas, Palacios González salió temprano de su vivienda para dirigirse a su trabajo, cuando le salieron al paso en el automóvil de color gris, los cuatro sujetos que, con arma de fuego en mano, le exigieron la entrega de dinero; entraron a la casa y revolvieron todo.
La víctima les dijo que no tenía efectivo, que les llevaría al negocio, alejado unos cien metros, mientras uno de los delincuentes mantenía de rehenes a la esposa y una hija del comerciante.
Una vez en el negocio, los autores se apoderaron de la recaudación del fin de semana y se dieron a la fuga, llevándose la camioneta de la víctima y a esta como rehén. Luego lo abandonaron en la zona de Pirapó, distante 45 kilómetros de Trinidad. Los asaltantes siguieron su trayecto con rumbo desconocido.

Personal policial a cargo del director de Policía de Itapúa, comisario Juan Ramón Agüero, realizaron un intenso rastrillaje por la zona, en busca de los supuestos autores.
Se dio participación al personal de Investigaciones, Criminalística, Grupo Geo y se comunicó al Ministerio Público. Horas más tarde se informó que la camioneta fue abandonada por los delincuentes en la zona de Bella Vista.
Palacios comentó que era la tercera vez que sufría de los rigores de la inseguridad.