06 ene. 2025

Asentamiento facilita a niños indígenas acceder a educación

El local de la Asociación de Parcialidades Indígenas (API), situada en Laurelty, Luque, fue concebido como albergue transitorio para los nativos que viajan desde el interior para realizar gestiones. Hoy se convirtió en un gran asentamiento en donde funciona una escuela con más de 100 alumnos.

Santiago Pérez, indígena chamacoco, representante de la asociación, dijo que llegó al Departamento Central hace seis años, procedente de Bahía Negra, Alto Paraguay. Indicó que como otras de las 288 familias, que actualmente están asentadas en la asociación, llegó por necesidad.

Dijo que las comunidades indígenas se encuentran muy aisladas, y que la asistencia suele ser muy escasa. “Acá tenemos cerca el Hospital Indígena en Limpio. Si nos enfermamos cerca de nuestras comunidades no podemos recibir atención, por eso venimos acá. Primero por un tiempo y después nos instalamos definitivamente”, explicó el indígena.

Comentó que muchos aborígenes optan por quedarse para que sus hijos reciban educación en la escuela Arandu Rekávo, donde estudian unos 100 niños y niñas.

En la asociación conviven juntos nativos de las etnias Ayoreo, Aché, Chamacoco, Ava Guaraní y Nivaclé.

CAPACITACIÓN. API suele recibir asistencia de oenegés y empresas, como Pinturas Amanecer, que donó y pintó las casas de las familias de nativos, además de capacitarlos en el trabajo profesional de pinturas.

Los indígenas, mal denominados “urbanos”, según los indigenistas, trabajan como jardineros, pintores y artesanos para subsistir, adaptándose así a la vida de la ciudad.