Por Rodrigo Houdin - @rodrigohoudin
El 28 de abril de 1959, a la edad de 34 años, falleció María Felicia Guggiari Echeverría, quien adoptó el nombre María Felicia de Jesús Sacramentado al ingresar al convento de las Carmelitas Descalzas de Asunción, donde pasó sus últimos cuatro años de vida.
Los restos de Chiquitunga fueron enterrados inicialmente en el cementerio de La Recoleta en Asunción y, luego de 50 años, trasladados hasta el campo santo del monasterio de las Carmelitas en la capital.
El día del hallazgo
El sábado 24 de setiembre del 2011, la doctora Alba Núñez de Diez Pérez, especializada en clínica general, acude al Monasterio de la Carmelitas de Asunción tras ser convocada por las religiosas para colaborar en la limpieza de los restos de Chiquitunga. La hermana Maura Melgarejo fue una de las que participó de los trabajos.
“Sacamos todos los huesos y tratamos de armar el esqueleto. Tratamos de ubicar hasta los huesitos de los dedos. Lavamos cada hueso. Cuatro hermanas me ayudaron con las tareas. El trabajo se extendió por varios días. El martes 27 llegó el momento de lavar el cráneo. Me percato de que dentro hay algo que pensamos era un huesito. Tratamos de sacarlo y una de las hermanas me dijo que parecía un cerebro. Yo le dije que eso era imposible, ya que es lo primero que desaparece tras la muerte”, detalló la profesional.
Alba Núñez de Diez Pérez comentó que la limpieza de los restos siguió por varios días. Sostiene que el cerebro estaba petrificado e incorrupto. La profesional explicó que las demás partes del cuerpo, como la órbita del cerebro, no estaban bien conservadas e incluso estaban llenas de gorgojos (gusanos) y hongos, por lo que no se explica cómo esta pieza del cuerpo pudo permanecer incorrupta.
“Hablé con varios colegas, antropólogos, anatomopatólogos. Todos me dijeron que no tienen una experiencia similar, que es un milagro. Es imposible que algo esté así sin la gracia de Dios”, concluyó la doctora.
La doctora Alba Núñez de Diez Pérez nunca accedió a conversar con los medios de comunicación sobre su experiencia. Logramos recopilar su testimonio durante una charla sobre la beata realizada en el salón La Isabela, de Asunción, el martes 22 de mayo del 2018.
Los apuntes de un neurocirujano
El neurocirujano Elio Marín Sanabria formó parte de una comisión de especialistas que analizaron el cerebro encontrado entre los restos de María Felicia Guggiari Echeverría. Según detalla, fue convocado por las Carmelitas Descalzas para verificar las condiciones del seso.
“Cuando paso a revisar, encuentro un cerebro totalmente petrificado del tamaño de una naranja pequeña. Se identificaba perfectamente el cerebro, el cerebelo y el tronco cerebral. Estaban bien intactos con todas las características fenotípicas propias de la estructura anatómica y bien identificable. Tenía un color beige. A partir de ahí, les dije que se trataba de un cerebro”, relató.
Marín Sanabria destaca que, según la tanatología (conocimientos científicos relacionados con la muerte), la primera parte en desaparecer o degradarse es el cerebro.
“Esta es la parte que se degrada primero cuando morimos. Es llamativo que esta persona ya había muerto hace más de 50 años. Ella murió por una infección. La causa de muerte, la humedad, las malas técnicas de mantenimiento de los cuerpos de entonces hacen que su conservación sea muy rara”, dijo.
El profesional mencionó que en muchos países se encontraron cuerpos incorruptos, pero con la salvedad de que en estos sitios existen temperaturas extremadamente bajas y con nieve, condiciones climáticas muy distintas a las del Paraguay.
Elio Marín (izq) y Alba Núñez de Diez Pérez, médicos que analizaron el cerebro. Foto: Gentileza.
“Yo me quedé muy sorprendido. Me pareció una situación extremadamente particular. Después, por el interés que tuve, conformamos una comisión ad hoc (estudio de una cosa) con otros profesionales como, por ejemplo, la anatomopatóloga Iris Rodríguez. Fue muy interesante el proceso. Tuvimos más de 20 reuniones para detallar todo”, comentó.
Elio Marín Sanabria dijo que cuando fue a verificar el hallazgo ni siquiera sabía de la existencia de Chiquitunga. Comentó que luego de la experiencia empezó a recomendar a pacientes que se encomienden a la beata ante situaciones sin pronósticos favorables para la medicina.
Marín Sanabria fue jefe de servicios del Departamento de Neurocirugía del Hospital de Clínicas, docente de la Universidad Nacional de Asunción y la Universidad Nacional de Caaguazú. Trabaja en el Instituto de Previsión Social (IPS), en el Centro Médico La Costa y el Hospital de Clínicas.
Preservado por el Vaticano
En marzo de este año, una comisión de especialistas del Vaticano sometió la reliquia a una exhaustiva revisión para su conservación a futuro. Los expertos italianos realizaron una limpieza de bacterias para asegurar su preservación.
El cerebro petrificado y la urna con los restos de Chiquitunga están visibles, desde el 2015, en el mausoleo ubicado en el Convento de las Carmelitas Descalzas, situado en el barrio Carmelitas de Asunción.
María Felicia de Jesús Sacramentado será beatificada el sábado 23 de junio en el estadio Pablo Rojas, del Club Cerro Porteño, luego de que el papa Francisco promulgara su beatificación. Cientos de milagros son atribuidos por los fieles a la intercesión de Chiquitunga. La mujer podría convertirse próximamente en la primera santa paraguaya.