Estamos al inicio de un año escolar viniendo de las catacumbas de la ignorancia agravada durante dos años de pandemia y clases virtuales, donde solo un 25% de lo enseñado se aprendió. Con miles de alumnos que desertaron y con una pobreza agravada que llegó a miles de padres que deben presionar para que las escuelas y colegios públicos abarrotados y en mal estado recojan los restos del sector privado al que no pueden pagar las cuotas.
Así nomás estamos en materia educativa y no parece que en realidad nos importara mucho. La esquela de los jóvenes del Norte que quemaron un aula, solo repite el esquema del EPP dejando notas luego de incendiar, secuestrar o matar a sus víctimas. La gran escuela es siempre la sociedad y la familia en la que uno vive y la que se replica en las aulas.
Así nomás estamos en materia judicial con una fiscala general insostenible que fuerza a sus subordinados a que saquen notas de apoyo a su gestión, mientras un libelo acusatorio de 2.500 páginas describe su lamentable paso por el Ministerio Público. Sandra Quiñónez es insostenible en su cargo y el daño que infligió a la democracia y a su institucionalidad es aún mayor que todos sus corruptos antecesores en el cargo.
Se creía que una mujer en una institución mayoritariamente de mujeres haría el gran cambio, pero ha resultado en una gran decepción y fiasco. En un ambiente corrompido y con una personalidad débil y sometida a las órdenes de quien la colocó en el cargo, debe marcharse y ser sometida a la Justicia que privó a muchos durante su mandato.
El asesinato del joven Quintana, el caso Messer, el fiasco del Metrobús, los casos de corrupción de políticos afines a Cartes son solo algunos de los hechos que justifican apartarla del cargo antes de que haga más daño a la República. Así nomás.
Ya no hablamos de las investigaciones de lavado de activos, narcotráfico o hechos delictivos afines, donde su falta de carácter y compromiso nos ha sumido como país en una gran depresión. Sandra Quiñónez ha sido dura e implacable con los indefensos u opositores, y complaciente y sumisa con los poderosos. Lamentable.
Se espera que los permutados llanistas puedan convertirse a la dignidad y el decoro. Los márgenes para el milagro no son grandes.
Este grupo de liberales en el Congreso impúdicamente ha convertido sus curules en fichas de casino ofertadas al mejor postor. Lo peor: algunos liberales todavía lo siguen y quieren parecerse a ellos. Así nomás.
En este ambiente de decadencia como el que vivimos que unos chicos sampedranos escriban una nota extorsiva donde dicen: “… para las directoras del escuela… todo deven pasar para que no aya problema y no deven rentir otrabes deven pasar de grado...” (sic), es solo una síntesis de la situación en la que estamos.
Con los ejemplos de la venal justicia, la alquilada y comprada política sostenida en el robo y el descaro, estos chicos de San Pedro solo reflejan lo que ven, escuchan y sienten. Así nomás.
Cuando vuelvan a clases vivirán de nuevo la decadencia y la pesadilla que toda la maldita corrupción proyecta sobre ellos y nosotros. Son solo víctimas y ya jóvenes victimarios de una República moribunda.
Así nomás.