La beatificación es un rito celebrado por el Papa o un representante de este, en el cual se declara que una persona sierva de Dios llevó una vida cristiana ejemplar y con virtudes heroicas. A partir de esta declaración, el/la beato/a puede recibir culto público de veneración.
El padre Osmar Fleitas, coordinador de la ceremonia de beatificación de Chiquitunga, explicó a Última Hora cuáles son los pasos que se seguirán durante la solemne ceremonia que contará con la presencia de unos 400 sacerdotes.
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La misa se realizará este sábado 23 de junio en el Estadio General Pablo Rojas, en Asunción, desde las 16.00. La Congregación para las Causas de los Santos del Vaticano establece que la ceremonia debe realizarse en la diócesis que propuso la causa, en este caso, la que está en la capital del país.
El rito:
- Canto de entrada.
- Acto penitencial.
- Lectura del pedido de beatificación por parte del arzobispo de Asunción, Edmundo Valenzuela.
- Lectura de la biografía de Chiquitunga.
- Lectura (en latín) de la carta del papa Francisco en la que responde al pedido de beatificación por parte del cardenal Angelo Amato.
- Respuesta de los fieles con el canto de “Amén”.
- Se descubre la imagen de Chiquitunga en el retablo principal. A partir de esto, la Iglesia declara que ella es beata y que cualquier imagen suya puede ser venerada.
- Procesión de la reliquia de María Felicia. El cardenal la venera con incienso.
- Agradecimiento del arzobispo en nombre de la Iglesia paraguaya.
- Canto de Gloria.
- Continúa la misa normal con la presencia en los altares de la primera mujer beata del Paraguay.
- Fin de la ceremonia: 17.45.
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¿Quién fue Chiquitunga?
La carmelita nació en Villarrica el 12 de enero de 1925. A los 14 años se unió a la Acción Católica y trabajó ayudando a niños, jóvenes trabajadores, universitarios con problemas y, además, a los pobres, los enfermos y los ancianos, según el portal de ACI Prensa.
El 14 de agosto de 1955, a la edad de 30 años, respondió al llamado que Dios le hizo para ingresar a la vida contemplativa en el Carmelo de Asunción.
El sitio corazones.org recoge el testimonio de las madres carmelitas descalzas de Asunción, quienes recuerdan que en los cuatro años que Chiquitunga vivió entre ellas, la hermana se caracterizó por su gran espíritu de sacrificio, caridad y generosidad.
María Felicia murió a los 34 años, el 28 de marzo de 1959, tras internarse en un hospital durante poco más de un mes debido a una hepatitis que contrajo.
Aseguran que sus últimas palabras fueron: “Papito querido, ¡qué feliz soy! ¡Qué grande es la religión católica! ¡Qué dicha, el encuentro con mi Jesús! ¡Soy muy feliz!” y “Jesús, te amo. ¡Qué dulce encuentro! ¡Virgen María!”.
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