El poder de Los Simpson para pronosticar el futuro ya era conocido por todos: de la presidencia de Donald Trump en los Estados Unidos a los premios Nobel de Bengt Holmström, economista, o Ben Feringa, químico, la serie de Matt Groenning ha logrado, desde la ficción, anticiparse de manera inexplicable a cuestiones de gran calado que han terminado por protagonizar la realidad, informó EFE.
Esta vez, sin embargo, no han sido los habitantes de Springfield quienes se han adelantado al futuro, sino estos irreductibles galos, pobladores de aquella “aldea que resiste, todavía y siempre, al invasor”, tal como reza la característica introducción de la historieta francesa.
En el cómic, publicado hace apenas tres años bajo el título de Astérix et la Transitalique, los dos protagonistas se enfrentan en una carrera de cuádrigas a un tal Coronavirus, personaje enmascarado que, a punto de ganarles la partida, termina por sufrir un accidente a escasos metros de la meta, favoreciendo finalmente la eterna victoria de los galos.
Al arrancarse la máscara, el lector descubre que, tras esta, se esconde un Julio César ansioso de hacerse con el triunfo. La coincidencia es doble: la carrera de cuádrigas que durante largo rato capitanea Coronavirus acontece en Italia, casualidad más que reseñable ante los acontecimientos recientes, detalla el medio español.
Ha sido en las redes sociales, en concreto en Twitter, donde se ha hecho público el “descubrimiento”, del que ya se han hecho eco numerosos medios.
Escritor profetizó una neumonía que se propagaría por el mundo
El escritor norteamericano Dean Koontz, con su novela Los ojos de la oscuridad, publicada en 1981, profetizó una neumonía que se propagaría por el mundo entero y que sería capaz de resistir todos los tratamientos conocidos.
Por si fuera poco, en la reedición del libro en 1996, el autor renombró al virus como Wuhan-400, ya que anteriormente se llamaba Gorki-400, como una ciudad soviética que recuperó su nombre luego del desmantelamiento de la URSS.
La novela menciona en una parte que el científico chino Li Chen huye a los Estados Unidos llevando en un disquete la copia del arma biológica china más importante y peligrosa de la década, llamada Wuhan-400, que había sido diseñada en los laboratorios RDNA, cerca de la ciudad de Wuhan, donde precisamente se originó el brote de coronavirus.