“Muchas cosas afectan al medioambiente. No estoy segura de que habrá tantos vuelos espaciales turísticos cada año como para que haya un impacto dramático en el medioambiente”, dijo durante un encuentro con medios de prensa en la Embajada de EEUU en Nur-Sultán, capital de Kazajistán.
“Pero dicho esto, sé que la NASA está trabajando en idear combustibles para los lanzamientos y operaciones que serán menos dañinos para el medioambiente. Sé que está invirtiendo mucho dinero para tratar de hacerlos más seguros” para el planeta, afirmó Weber, que ha participado en dos vuelos especiales, uno en el transbordador Discovery en 1995 y el otro con el Atlantis en 2000.
En 2001 viajó a la Estación Espacial Internacional (EEI) el primer turista, el estadounidense Dennis Tito, mientras el último en disfrutar de la aventura fue el payaso canadiense Guy LaLiberté en 2009.
Lea más: “La NASA anuncia viajes comerciales a la Estación Espacial Internacional”
Rusia y EEUU decidieron suspender el turismo espacial después de que las Soyuz rusas se convirtieran en 2011 en el único eslabón entre la Tierra y la plataforma orbital tras la retirada de los transbordadores estadounidenses, entre otras cosas, debido a la falta de espacio, ya que la tripulación de la EEI se duplicó de tres a seis tripulantes.
Con todo, la agencia espacial rusa Roscosmos decidió intentarlo una vez más con la cantante británica, Sarah Brightman, que en el último momento expuso “motivos familiares” para suspender los planes de volar a la EEI en 2015.
Recientemente Roscosmos y la compañía estadounidense Space Adventure firmaron un contrato para realizar antes de finales de 2021 vuelos cortos con destino a la Estación Espacial Internacional (EEI) con la participación de dos cosmonautas no profesionales a bordo de una sola nave.
Además, Rusia ha anunciado un nuevo proyecto destinado también a promover el turismo espacial, que permitirá a los más valientes repetir el vuelo alrededor de la Tierra que hizo el 12 de abril de 1961 Yuri Gagarin, el primer astronauta de la historia, durante 108 minutos.
Recientemente, el consorcio fabricante de las Soyuz admitió que el precio de un billete al espacio puede disminuir debido al inicio de los vuelos de las naves espaciales privadas en Estados Unidos, país que tiene previsto poner en órbita en los próximos dos años los aparatos Starliner (Boeing) y Crew Dragon (SpaceX).
Nota relacionada: “NASA abre el turismo espacial desde 2020"
Mary Ellen Weber, que abandonó la NASA en 2002, indicó también al ser preguntada por su experiencia que volar al espacio es “algo muy difícil y muy peligroso” y “cada astronauta debe prepararse para no volver”.
El hecho de tener que contratar un seguro de vida –la NASA excluye vuelos espaciales– y tener que designar a una persona del entorno profesional para que sea el punto de contacto de la familia en caso de que ocurra lo impensable, es “en cierto sentido estresante”, confesó.
En su opinión, “lo más estresante cuando vuelas al espacio es que no quieres cometer ningún error”, porque “una cosa es que no vuelvas tú a casa y otra es que no vuelva a casa el equipo por algo que tú has hecho o no has hecho correctamente”.