REUTERS-AP-ÚH
París-Francia
Nicolás Sarkozy sucedió ayer a Jacques Chirac como presidente de Francia, en una ceremonia simple en la que prometió unir al país y restaurar el orgullo nacional.
Sarkozy fue investido bajo las luces del Palacio del Elíseo, que será su hogar durante los próximos cinco años, luego de su amplia victoria electoral a principios de este mes.
“Defenderé la independencia de Francia. Defenderé la identidad de Francia,” dijo el líder conservador, que tiene 52 años y es el primer jefe de Estado francés nacido después de la Segunda Guerra Mundial.
“Hay una necesidad de unir al pueblo francés (...) y de cumplir los compromisos, porque nunca antes la confianza (pública) ha estado tan sacudida y frágil,” agregó, en una aparente alusión a Chirac, un ex mentor político con quien ahora tiene relaciones tensas.
Sarkozy también se comprometió a poner a la lucha contra el calentamiento global y la defensa de los derechos humanos en el centro de su política exterior.
Su primer gesto luego de su discurso fue saludar a miembros de su familia, incluida su esposa Cecilia, a quien le dio una caricia afectuosa en la mejilla. El público vio poco de ella este año, alimentando las especulaciones acerca de su matrimonio.
CAMPOS ELÍSEOS. Luego de un almuerzo privado, Sarkozy se trasladó en caravana por la avenida de los Campos Elíseos, escoltado por la Guardia Republicana Montada, y colocó un tributo floral en la tumba del soldado desconocido, bajo el Arco del Triunfo.
Después voló a Berlín para reunirse con la canciller Ángela Merkel, en un viaje diseñado para subrayar que se dará continuidad a la importancia de las relaciones franco-alemanas, que parecieron decaer hacia el final del gobierno de Chirac.
Se prevé que Sarkozy nombre al conservador moderado François Fillon como su primer ministro hoy jueves y reclute a centristas y destacados izquierdistas para un gabinete que probablemente será anunciado mañana.
SALUDO DE ARMAS. Chirac, quien gobernó Francia durante 12 años, se reunió con Sarkozy durante media hora en un encuentro privado.
La oficina que hereda Sarkozy ejerce más poderes que cualquier otro líder occidental electo.
Un saludo de 21 armas resonó cerca de la tumba del emperador Napoleón, al otro lado del río Sena, cuando el presidente constitucional del consejo, Jean-Louis Debre, proclamó a Sarkozy el sexto presidente de la Quinta República de Francia.
“A partir de hoy, y a lo largo de la duración de su mandato, usted personifica a Francia, simboliza a la república y representa a todo el pueblo francés,” indicó Debre.
Sarkozy hereda una sociedad fracturada, desanimada tras años de alto desempleo, y dice que tomará un enfoque más práctico que su predecesor, criticado por no lograr introducir reformas muy necesarias en la conservadora Francia.
Pero los sindicatos y los estudiantes le han advertido a Sarkozy, un defensor de la ley y el orden que mezcla visiones económicas a favor del mercado con intervención estatal, que no realice los cambios sin negociaciones.
CONFORMISMO. También Sarkozy se refirió a una “exigencia de romper con los comportamientos del pasado (...) y el conformismo intelectual, porque los problemas a resolver nunca han sido tan inéditos”.
Tras ese inventario de sus predecesores –a los que rindió tributo, uno tras otro, Chirac incluido, al comienzo de su alocución–, Sarkozy prometió cumplir “escrupulosamente“ el mandato que le ha dado el “pueblo” para los próximos cinco años.
También prometió velar por “el respeto de la autoridad del Estado y su imparcialidad”, construir una “República fundada en derechos reales y una democracia irreprochable”, y defender “la independencia e identidad de Francia”.
“Parálisis” de la UE
La canciller Ángela Merkel, y el nuevo presidente francés, Nicolás Sarkozy, se mostraron ayer dispuestos a ponerse a trabajar juntos para “sacar a la Unión Europea de la parálisis” en que se encuentra tras los “no” francés y holandés en sendos referendos en 2005.
Merkel recibió en Berlín a Sarkozy, en su primer viaje al extranjero como presidente francés, con alfombra roja y honores militares en un breve acto oficial de bienvenida, tras el cual participaron de una cena.
A diferencia de su predecesor en el puesto, Jacques Chirac, Sarkozy no besó a Merkel la mano al llegar a la Cancillería, sino que le dio un abrazo y un beso en la mejilla. Sarkozy aseguró en su intervención que el hecho de que haya elegido Berlín como su primera visita como jefe de Estado francés es una muestra de “la amistad franco-alemana”, que, según él, es “sagrada y nada la pondrá en cuestión”.
Primeros nombramientos en el Elíseo
Los primeros nombramientos del equipo presidencial de Nicolás Sarkozy, incluidos su consejero diplomático y el secretario general del Elíseo, fueron anunciados ayer, tras su investidura como presidente de Francia. El traspaso de poderes del Ejecutivo se prevé que se efectúe hoy. El diplomático de carrera Jean-David Lévitte ha sido designado consejero diplomático del jefe del Estado.
El nuevo secretario general del Elíseo es Claude Guéant, que fue director de campaña de Sarkozy durante las presidenciales, mientras que el nuevo portavoz es David Martinon, ex consejero diplomático en Interior y director de gabinete durante la campaña electoral. Sin embargo, Sarkozy aún no ha anunciado el nombre de su primer ministro, aunque se da por sentado que será su consejero y ex ministro François Fillon, de 53 años, procedente del “gaullismo social”.