Los alarmantes números de casos de sicariato reflejan el aumento de las muertes violentas a manos de asesinos a sueldo, de manera anual, en la capital del país y en el Departamento Central.
Solo en lo que va del año casi se igualaron los ajustes de cuentas dados en cuatro años. Entre el 2017 y el 2020 se registraron 8 casos, en tanto que este año ya van 7.
Tanto Asunción como las ciudades aledañas a la capital no eran zonas donde comúnmente se daban estos tipos de atentados mortales, así como sí ocurre frecuentemente en las zonas fronterizas, como en los departamentos de Canindeyú, Alto Paraná y Amambay. Sin embargo, el sangriento fenómeno va ganando terreno a lo largo y ancho del país, migrando hacia ciudades donde anteriormente no era común, debido a la impunidad y al crecimiento del narcotráfico.
Las estadísticas del Ministerio del Interior demuestran el desmesurado crecimiento de las muertes y atentados cometidos por los sicarios. Las cifras indican que en los últimos 16 meses se registraron 20 casos de sicariato en Asunción y Central.
En el año 2017 se registraron 3 muertes a manos de asesinos por encargo en la capital del país, mientras que en el Departamento Central se produjeron 2 asesinatos. Es decir, en ese año se dieron 5 casos de sicariato.
En el 2018, no se registró ningún caso de sicariato en las zonas en cuestión y en el 2019 se produjeron dos atentados mortales. Ambos casos se produjeron en Asunción.
En el año 2020, los registros de la secretaría de Estado indican que se perpetró un caso de asesinato a manos de asesinos a sueldo. El hecho se produjo en la capital del país.
CRECIMIENTO ABRUPTO
El crecimiento abrupto de los casos de sicariato se dio el año pasado, según los registros, ya que se produjeron 13 muertes violentas a manos de sicarios en Asunción y Central. Gran aumento en comparación a los años anteriores.
De los 13 casos, en Asunción se dieron 5, mientras que en Central se cometieron los otros 8.
Lo preocupante del aumento de la violencia letal en esta zona del país es la poca reacción de las fuerzas del orden público y la impunidad con que operan los asesinos a sueldo. Esto, teniendo en cuenta que en los primeros cuatro meses ya se registró la mitad de asesinatos por encargo con respecto al año pasado. Las cifras indican que en lo que va del 2022 ya se registraron 7 casos de sicariato, de los cuales 6 de ellos se produjeron en Central y uno en Asunción.
SOLO EN 2022
En el primer mes del año ocurrieron dos atentados mortales en Central. Mientras que en febrero también se dieron dos casos de sicariato en Central y en marzo alcanzó esa misma cifra de ataque en ciudades contiguas a la capital del país.
El último caso ocurrió en Asunción, el pasado martes, en el populoso barrio Obrero. La víctima fue identificada como Catalino Leguizamón Sanabria, de 60 años.
Especialistas en criminología sostienen que el tráfico de cocaína ocupa un lugar importante y la irrupción de organizaciones criminales trae consigo actos de violencia en el territorio paraguayo.
“Policía y Fiscalía se deben especializar más”
El abogado Rubén Maciel, ex viceministro de Política Criminal del Ministerio Público, se refirió sobre los casos de sicariato que van en aumento en el país y sostuvo que los organismos encargados de investigar este fenómeno delictivo deben aumentar su capacidad de análisis.
En una comunicación con Radio Monumental 1080 AM, el ex viceministro afirmó que “el aumento de las muertes por encargo demanda que el Ministerio Público y la Policía Nacional aumenten su capacidad de respuesta para reaccionar de manera más eficiente y para proponer medidas preventivas”.
En ese sentido, resaltó que “hay una suerte de industria y cada vez se van especializando. Si a una persona que comete este hecho se la identifica y condena rápidamente, se irá cortando la línea y no se van a estar especializando”.
Dijo que el fenómeno de sicariato no es exclusivo del crimen organizado. Sobre el punto, resaltó que “se deben identificar las causas de los asesinatos por encargo, si es pasional, por venganza o ajustes de cuentas en el marco de una organización criminal, porque no identificar la causa genera una mayor sensación de impunidad”.
Remarcó que la persona que se dedica al sicariato “es una persona que se especializó en eso, porque ya cometió un caso similar y no fue investigado su caso, motivo por el cual sigue cometiendo los atentados”.