Un estudio de la Universidad Nacional del Este (UNE) evidenció las alteraciones en los precios de la canasta básica familiar, con aumentos y caídas inesperadas.
Entre los rubros que más impactaron en el alza están los aceites y las mantecas, con un aumento del 6,4%, y el pescado, que subió un 5,6%.
El pollo experimentó una de las mayores alzas, con un aumento del 7,6%.
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Otros cortes populares, como el peceto y la costilla de segunda, subieron 4% y 2%, respectivamente.
En contraste, algunos productos de la huerta mostraron una disminución en sus precios, como fue en el caso del tomate, que bajó un 15%; mientras que la banana carape descendió un 10%.
Sin embargo, no todas las frutas se alinearon con la tendencia a la baja.
El limón, por ejemplo, subió su precio en un 25%, lo cual se destacó como una variación atípica en el segmento de frutas y verduras.
El puchero de segunda, un corte popular entre los consumidores, bajó un 7%, lo que ofreció cierto alivio a los compradores en medio de las alzas.
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En tanto, el hígado subió un 8%, manteniendo una demanda que parece constante incluso con el incremento de precio.
El informe fue elaborado por estudiantes de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNE, bajo la coordinación del docente Diego López Samudio, y se basó en datos obtenidos de cinco supermercados de la ciudad.
Estos resultados, que reflejan tanto los impactos estacionales como las dinámicas de oferta y demanda en la capital departamental, ofrecen a los consumidores y al sector comercial un panorama clave para entender cómo las variaciones de precios pueden afectar la economía de las familias.