Previamente, Estados Unidos, Canadá, Nueva Zelanda, Reino Unido, Francia, Países Bajos y la Comisión Europea habían tomado decisiones similares.
Dreyfus explicó que el Gobierno aprobaría algunas excepciones “caso por caso” pero estableciendo medidas para atenuar los riesgos de seguridad.
Expertos de ciberseguridad advierten que la aplicación, con más de 1.000 millones de usuarios, puede usarse para recoger datos que luego se comparten con las autoridades chinas.
Pekín condenó la medida, y dijo haber protestado oficialmente ante las autoridades australianas.
Las encuestas estiman que hasta siete millones de australianos usan la aplicación, lo que supone un cuarto de la población. AFP