Wilson Ferreira - Hernandarias
La tan anhelada avenida Costanera, sueño que surgió hace unos cinco años de un grupo de jóvenes ciudadanos de Hernandarias, que empezaron a movilizarse, a golpear puertas e involucrar a diferentes sectores de la comunidad, hoy es una linda realidad y se constituye en un punto de esparcimiento para la familia y el desarrollo del turismo.
La obra hoy asegura a propios y extraños una privilegiada vista del lago Itaipú, que junto a la Costanera propiamente y a su playa de arena se erige en un punto obligado a visitar y conocer en el Departamento del Alto Paraná.
Se trata de una doble avenida pavimentada, de 34.000 metros cuadrados, con separador central y amplias veredas en los extremos. Cuenta además con dos rotondas y una ciclovía bidireccional. Los trabajos culminaron a fines de febrero, y luego se realizaron ajustes de detalles pendientes para la entrega final.
Para llevar adelante la obra, se levantó el pavimento tipo empedrado que tenía, se amplió con terraplenes nuevos. En la zona baja se tuvo que implementar un relleno con pedraplén de avance para ganar terreno al agua.
Preparado. Cuenta con sistema de desagüe pluvial, una red de 1.300 metros lineales de alcantarillas celulares simples, dobles y triples, que se encuentran por debajo de la vereda y en cruces de la avenida, lo cual permite que, en días de lluvia, se dé un escurrimiento de agua ordenado y eficiente, elemento muy importante para la preservación de la doble vía.
Además, la red de distribución, en media tensión de 2.000 m, y la línea de baja tensión de unos 3.400 metros, cuyo objetivo es alimentar de electricidad a los frentistas y al sistema de iluminación con led, de 1.400 m de longitud, es totalmente subterránea.
Igualmente se intervino en la intersección con la supercarretera Mariscal López, donde se construyó una estructura tipo empalme, con el fin de permitir maniobras ordenadas para los giros a la izquierda, que hoy se pueden realizar con total seguridad, gracias a la señalización vertical instalada, que permite al conductor adelantarse a las maniobras de giro, evitando accidentes.
INCLUSIVO. En los aspectos arquitectónicos fueron ejecutados camineros con mosaico granítico, combinados con adoquines o paver en los cruces peatonales sobreelevados, además de áreas verdes.
El proyecto utilizó criterios inclusivos, y en ese contexto fueron colocadas rampas de acceso para personas con discapacidad en cada bocacalle, tanto de subida, como de descenso, a fin de dar una transitabilidad exclusiva, segura y ordenada a los andantes.
En los aspectos de seguridad, fueron instaladas barandas de protección y tachones reflectivos, que protegen las bicisendas contra la invasión de los vehículos.
En general fue ideado para el disfrute familiar, de forma sana, interactuando de forma segura, respetando la franja de dominio de las tres modalidades de transporte implementadas en el lugar: la vehicular, en la calzada; la de bicicletas, en la ciclovía; y la de los peatones, en los camineros.
Cuenta además con estacionamiento de vehículos en las calles transversales, no sobre la avenida, ya que esta debe estar libre de vehículos estacionados. Las bicisendas fueron diseñadas para paseo con velocidades bajas, en doble sentido de tránsito, en un circuito de ida y vuelta, con retornos en ambas rotondas.
En los cruces entre vehículos y bicicletas, bicicletas y peatones o peatones y vehículos, se han instalado las señalizaciones correspondientes para reducir la posibilidad de accidentes, pero solo resta interpretarlas y respetarlas.