Un equipo de la AFP navegó en una pequeña embarcación hasta una isla poblada solo por grandes colonias de aves marinas, acompañando a especialistas y guardaparques que cada día monitorean los efectos del derrame de casi 12.000 barriles de crudo, el 15 de enero, en Lima, Perú.
Durante la travesía de seis horas en el mar, los especialistas del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Sernanp) van encontrando y recogiendo varias aves muertas flotando en el mar. También salvan a otras que agonizan por estar cubiertas de petróleo.
“Estos últimos días vemos algunas aves que ya no tienen el mismo nivel” alto de crudo en el cuerpo como en los días siguientes al derrame, pero “estamos encontrando bastantes muertas y posiblemente esto con los días continúe”, asegura a la AFP el veterinario Giancarlo Inga Díaz, mientras la embarcación bordea la Isla Grande.
Esta isla de 14 hectáreas, llamada también Isla Pescadores, forma parte de la Reserva Nacional de Islas, Islotes y Puntas Guaneras. En sus aguas hay una variedad de peces que dan sustento a los pescadores del popular balneario de Ancón (al norte de Lima), quienes quedaron sin poder trabajar por el derrame.
“La afectación [entre las aves] es visible, sin contar que aún está pendiente que se hagan análisis a nivel de los peces [...], que también forman parte del ecosistema”, indica a la AFP Carlos Mogollón, otro especialista del Sernanp a bordo de la embarcación.
No pueden volar ni comer
El derrame, calificado como “desastre ecológico” por el gobierno peruano, ocurrió mientras el buque tanque “Mare Doricum”, de bandera italiana, descargaba en la refinería de La Pampilla en Ventanilla, 30 km al norte de Lima, de propiedad de la española Repsol. La empresa atribuyó el accidente al oleaje causado por la erupción volcánica en Tonga.
La mancha negra de crudo fue arrastrada por las corrientes marinas hacia el norte hasta unos 140 km de la refinería, según la fiscalía, provocando la muerte de una cantidad indeterminada de peces, aves y mamíferos marinos.
Con petróleo en sus alas, las aves no pueden volar ni alimentarse. Además, su plumaje pierde su condición térmica por lo que sufren hipotermia, según los especialistas.
Otras aves que no están “empetroladas” han comido peces contaminados con el crudo y murieron intoxicadas.
“Posiblemente esto con los días continúe y las aves sigan muriendo por toda una cadena de dónde están, de lo que están comiendo o dónde están paradas”, indica el veterinario Inga.
El guanay (Leucocarbo bougainvilliorum) y el pelícano peruano (Pelecanus thagus) son las aves que sufrieron el mayor impacto por el derrame, explicó esta semana a la AFP el jefe de la Reserva de las Islas Guaneras, Oscar García. También el cormorán azul (Sula nebouxii).
El guano -excremento de aves marinas que sirve de fertilizante agrícola natural- fue la principal exportación de Perú durante parte del siglo XIX y estuvo en el eje de una guerra contra España en 1865-1866.
“Ya no tienen fuerza”
Las autoridades peruanas no han divulgado el número de aves halladas muertas en el mar. Todas son recogidas, depositadas en bolsas y llevadas a tierra.
“Todas las aves las entregamos con registros institucionales (datos, fotos, coordenadas de donde fueron halladas). Las aves muertas se almacenan en un contenedor gestionado por Repsol y la Municipalidad de Lima”, indica a la AFP un responsable del Sernanp.
Los especialistas también están rescatando del agua a aves vivas cubiertas de crudo que sufren hipotermia e inanición.
En la travesía del equipo de la AFP, un guanay rescatado estaba tan mal, que murió poco después a bordo de la embarcación, causando consternación entre los funcionarios del Sernanp.
“La hemos podido subir al bote pero han pasado pocos minutos y ha fallecido. Esto es algo que pasa porque ya las aves están intoxicadas y solamente están flotando en el mar, pero ya no tienen fuerza para poder nadar, para poder cazar, para poder volar”, explica Inga.
“En la mayoría de los casos, cuando encontramos aves muertas, encontramos que el pico está lleno de petróleo negro. Aparentemente las plumas pueden estar más limpias, pueden no estar manchadas, pero dentro del pico incluso puede ir afectando ya a través del sistema digestivo el hígado”, agrega.
Las aves rescatadas con vida, entre ellas pingüinos de Humboldt en peligro de extinción, son llevadas al zoológico del Parque de Las Leyendas en Lima, donde las limpian y rehidratan.
La justicia peruana prohibió el viernes salir del país por 18 meses a cuatro directivos de la petrolera española Repsol y ordenó la “incautación” del buque tanque involucrado, que permanece fondeado a seis millas del puerto del Callao.