27 mar. 2025

Avilés colaboró en la versión oviedista del magnicidio

El chileno fue uno de los defensores de la teoría que señalaba que el vicepresidente Luis María Argaña había muerto supuestamente en el departamento de su amante, y no en el asesinato del 23 de marzo de 1999.

Aviles istoe

Publicación de Istoe, con la entrevista a Rafael Eduardo Avilés.

Rafael Eduardo Avilés Lambie fue uno de los testigos que presentó la defensa de Luis Rojas, uno de los condenados por el magnicidio de Luis María Argaña, ocurrido el 23 de marzo de 1999.

Avilés es el mismo que el sábado pasado reconoció ser el autor de un correo electrónico en el que instaba a la formación de un comando paramilitar, a comprar armas para dicho grupo, “y a perseguir y liquidar físicamente a los comunistas que atentan contra nuestros bienes”.

Investigaciones realizadas en Chile también lo vinculan con el asesinato del general René Schneider, en 1970, entonces comandante del Ejercito de Chile.

En su declaración ante el Tribunal de Apelaciones en lo Criminal, de la capital, Avilés realiza un relato pormenorizado de la forma en que supuestamente murió el ex vicepresidente Argaña.

Según Avilés, conoció todos los detalles de lo ocurrido, mediante el relato realizado por su amigo y vecino Luis Recasens Molinas (alias Lulo).

Las declaraciones fueron rechazadas por el Tribunal de Apelaciones, por considerarlas poco serias y hasta “una ofensa a la inteligencia”.

Lo expresado por el chileno refuerza la versión lanzada por los defensores de Lino César Oviedo, por entonces líder del movimiento Unace (Unión Nacional de Colorados Éticos), que luego de su expulsión de la ANR pasó a ser Partido Unace (Unión Nacional de Ciudadanos Éticos).

El relato señala que Argaña murió en la madrugada del 23 de marzo de 1999, en el edificio Liberty, Perú casi Luis Alberto de Herrera, de la capital, específicamente en el departamento de la señora Fabiana Casadío.

Esta versión tenía primeramente como finalidad desvincular a Luis Alberto Rojas, condenado a 25 años de prisión por el magnicidio.

El otro objetivo era dejar en claro que no hubo atentado contra la vida del vicepresidente Luis María Argaña y, por ende, desvincular de la investigación a Lino César Oviedo, sindicado entonces como autor moral del asesinato y de la matanza de jóvenes ocurrida el 26 de abril de 1999 en la plaza del Cabildo.

La misma versión fue asentada en una acta notarial solicitada por Vladimiro Woroniecki, ante la escribana Carmen Rodríguez, Aurora de Arias, esposa de Rubén Arias, procesado en el mismo caso.

“UN AUTORRETRATO”

El asesor jurídico de la Presidencia de la República, Emilio Camacho, sostuvo que las afirmaciones del chileno Eduardo Avilés respecto a la intención de armar a civiles para enfrentar a comunistas, lo pintan de cuerpo entero. “Sus declaraciones constituyen un autorretrato. No hace falta agregar nada más”, significó el representante legal del presidente Fernando Lugo.

Por su parte, el ministro del Interior Rafael Fili-zzola sostuvo que el Ministerio Público es la única autoridad responsable de impulsar las acciones penales contra el ganadero. El mismo ya fue desmentido por las autoridades de la ARP.