El ILS estaba fuera de servicio desde febrero pasado, pero el hecho pasó prácticamente desapercibido hasta que se dieron condiciones climáticas adversas (niebla y llovizna) entre el 21 y 24 de junio.
El avión llegó el domingo a la noche procedente de Santiago de Chile. Va a trabajar de mañana, despega bien temprano y vuela por cuatro horas, para examinar todos los equipos de radioayuda de la terminal aérea, como el VOR (radiofaro) y las luces PAPI.
Luis Guerra, representante de la firma, comentó que recién ahora, con estas condiciones climáticas excelentes, se puede trabajar. Recordó que vino a Paraguay hace más de 10 días y la lluvia y la niebla no permitían la operación.
“Los equipos que tenemos adentro son muy sofisticados. Con mucha turbulencia hay que llegar aquí y calibrarlos de nuevo. Es una gran pérdida de tiempo el que tengamos que llegar así con los equipos. Ahora, estas son las condiciones ideales”, explicó.
Agregó que lo ideal es calibrar el ILS cada cinco o seis meses y no se debe revisar a última hora, sino prever en todo momento.
PRECISIÓN. Dijo que este tipo de trabajos requieren mucha precisión y no es conveniente apurarlos. “Aquí la presión no sirve. La presión del diario, de la televisión, de las autoridades, porque es un trabajo de mucha precisión. El riesgo de que pase algo, un avión que venga con mal tiempo, nos vamos a lamentar y no es la idea. Hay que trabajar tranquilos”, comentó el chileno.
Aseguró que los trabajos serán de excelente calidad porque el avión está certificado por la Dirección de Aeronáutica de Chile y la tripulación está capacitada en Estados Unidos.
Siete días demandarán los trabajos en el Silvio Pettirossi. Luego se realizarán las mismas operaciones en los aeropuertos Guaraní de Ciudad del Este, Concepción, Pedro Juan Caballero y el de Itaipú, en Hernandarias. Además, se tiene prevista una verificación más este año, aparte de la que empezó ayer. La Dinac desembolsará G. 1.319.900.000 (USD 292.000, aproximadamente) para estos propósitos.
La semana pasada, más de 14 vuelos internacionales fueron demorados porque el aeropuerto estuvo cerrado varias veces a causa de la poca visibilidad que propiciaban las lluvias y la neblina. Con el ILS descalibrado, los aviones no pudieron aterrizar. Más de 2.000 pasajeros fueron afectados.