Este evento representa la edición número 52 de las bodas comunitarias organizadas por la fundación, que desde 2017 ha logrado concretar un total de 3.180 matrimonios. Según Víctor Centurión, gerente de Proyectos de la institución, en este Año del Jubileo se tienen previstas 30 ceremonias, de las cuales aún restan 28 por celebrar, con alrededor de 1.500 parejas en proceso de preparación.
A pesar del intenso calor, los voluntarios cumplieron un papel fundamental, asistiendo a los presentes con agua y velando por el bienestar de los novios y sus familias. Durante la ceremonia, el Pbro. Pedro Maidana, administrador diocesano, instó a las parejas a fortalecer su fe y su vida espiritual, recordándoles que el amor debe ser guiado por los valores cristianos en tiempos donde predominan el egoísmo y la indiferencia.
La preparación para los matrimonios estuvo a cargo de Dilson Ferreira y Matilde Godoy, coordinadores designados por la parroquia San Josemí. Con 10 años de casados y 22 años de convivencia, aceptaron la responsabilidad de acompañar a los futuros esposos en un proceso que se extendió por siete meses.
“Visitamos a cada pareja, de los interesados inicialmente cinco desistieron, pero logramos que 61 familias consolidaran su unión. Nuestro mayor objetivo es que las familias se mantengan unidas”, dijo.
Tras la celebración eucarística, cada pareja recibió una torta de 2 kilos, bocaditos y gaseosas, además de un álbum de recuerdos como símbolo de este día especial. Entre las historias destacadas se encuentra la de los hermanos Perla, Roberta y Félix Ramón Medina, trabajadores de un supermercado en San Ignacio, quienes decidieron casarse juntos en la misma ceremonia.
También hubo espacio para parejas de larga convivencia que finalmente cumplieron su sueño, como Carmen Oribe (56) y Rufino Espínola (59), quienes llevan 40 años juntos y cinco hijos en común. “Nos conocimos cuando él fue a visitar a su hermana en Santiago y desde entonces no nos separamos. Siempre quise casarme, pero por distintas razones no pudimos. Ahora, gracias a la fundación, hicimos realidad nuestro sueño”, relató Carmen.
Por su parte, Rufino destacó el impacto del evento en las familias de escasos recursos. “Muchas veces la pobreza te frena para cumplir tus deseos, pero la fundación nos facilitó todo. Estamos profundamente agradecidos”, manifestó.
Las próximas bodas comunitarias en el Departamento de Misiones se celebrarán en Santa María y Villa Florida, reafirmando el compromiso de la fundación en su misión de fortalecer los lazos familiares y brindar oportunidades a quienes desean dar este importante paso en sus vidas.