Al Asad acudió al templo de Hasiba en la capital, donde estuvo acompañado por miembros del partido gobernante Al Baaz, diputados y ulemas, informó la agencia de noticias oficial siria, Sana.
Este medio publicó varias fotografías de Al Asad, que estuvo sentado durante la oración junto al gran muftí de Siria, Ahmed Badredin Hasun.
La oración fue encabezada por el jeque Mohamed Taufiq Ramadan al Buti, hijo del prominente ulema Mohamed Said Ramadan al Buti, cercano al régimen y fallecido en marzo pasado en un atentado en Damasco.
En su sermón de hoy, el imán subrayó que el islam une a las naciones en vez de dividirlas y que el extremismo solo acarrea más radicalismo.
“Cualquier lógica que adopte el terrorismo, la exclusión y la anulación es un enfoque (de la religión) inaceptable para nosotros”, apuntó el jeque.
En la última festividad islámica, la del “Aid al Fitr”, que puso fin al mes de ayuno de Ramadán el 8 de agosto pasado, los rebeldes aseguraron que habían atacado el convoy en el que se trasladaba el presidente cuando se dirigía a la mezquita damascena de Anas bin Malek, lo que fue negado por el régimen.
Más de 100.000 personas han muerto desde el inicio del conflicto en Siria a mediados de marzo de 2011, según la ONU, mientras que el Observatorio Sirio de Derechos Humanos eleva la cifra a más de 115.000 fallecidos.