La mamá, María Edith Franco de Chávez, no ocultó la impotencia que le generó la condena que impartió la Justicia en el caso de Sol Chávez, la joven que murió en abril de 2021 de un paro cardiorrespiratorio horas después de haber ingerido 2 gramos de flúor en comprimidos.
“Ya fui advertida de todos los que pasaron este proceso. Me dijeron ‘vas a perder en esta instancia’ (...). Ahora, ellas están esperando bajar la pena para estar en sus casas. Arrancaron el corazón de mi vida. Vivimos en la amargura. En mi casa hay un silencio único desde que Sol no está”, dijo la madre de la víctima a radio Chaco Boreal 1330 AM.
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“No podemos ni siquiera superar el dolor, porque estos jueces no nos dan la oportunidad de que en nuestro corazón haya un poco de paz. Ahora tenemos que quebrantarnos por todo esto. Tenemos que continuar sufriendo a costa de qué. Nos estamos enfermando, nos estamos desgastando a causa de ellos, que no se ponen en nuestro lugar”, prosiguió, totalmente quebrada.
El padre de Sol Chávez se encuentra hospitalizado a raíz de un preinfarto ocasionado por la indignación que le causó la acción de la Justicia.
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El abogado de la familia anunció en la víspera que apelarán a la sentencia de dos años de cárcel, de cumplimiento efectivo, que recibieron la odontóloga Lilia Graciela Esponiza y la química Sandra Natalia Hermosa. En el caso de la primera, además se aplicó la inhabilitación de la profesión por dos años y medio. Ambas fueron procesadas por homicidio culposo.
Las dos ya habían enfrentado un juicio oral y público, el cual se anuló por el tribunal de apelación. Con respecto a dicha ocasión, ahora hubo una reducción de su condena, ya que la odontóloga había recibido cuatro años y la química tres años.
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El tribunal de sentencia del segundo juicio estuvo conformado por los jueces Laura Ocampo, Fabián Wisensee y Cándida Fleitas, que en forma unánime dieron su veredicto.
María Edith Franco de Chávez cuestionó que los magistrados hayan considerado la baja pena de cárcel porque las acusadas pidieron perdón recién en sus palabras finales ante el tribunal, cuando nunca auxiliaron a su hija y recién se comunicaron con ella vía mensaje de texto, tres días después del fallecimiento de la joven.