Durante el lanzamiento en el comedor de la Fundación San Rafael, participaron niñas y niños beneficiarios del hogar.
El proyecto de este año busca captar aquellos productos frescos aptos para el consumo humano, pero sin valor comercial o que no han encontrado mercado para la venta, explicaron los promotores.
Señalaron que mediante alianzas con productores agrícolas, procesadores y distribuidores de todo el país, se busca combatir el desperdicio y favorecer una mejor alimentación de las personas en situación de vulnerabilidad.
“La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación estima que el 30% de la pérdida mundial de alimentos se produce en la etapa de producción y cosecha agrícolas. Reducir este desperdicio puede mejorar la seguridad alimentaria, contrarrestar el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación”, destacaron.