La recuperación en 2021, por su parte, será vigorosa y el Banco Itaú espera que Paraguay crezca a un ritmo de 6%, superior a otras economías de Sudamérica y en dos puntos por encima del pronóstico que se manejaba antes de la pandemia. Juan Carlos Barboza, economista de Itaú, advirtió que estos índices de repunte tienen un importante componente de arrastre estadístico (se comparan con un año previo muy malo).
Citó a la duración de la pandemia -y su amenaza al funcionamiento del sistema financiero- y al esfuerzo de los Estados para asistir a las empresas entre los aspectos que definirán la capacidad de recuperación económica. Consideró que el retorno a la vida productiva empezará a verse en la segunda mitad de este año, a un ritmo lento y con el riesgo de que se genere un “daño más permanente que afecte la capacidad de producción hacia adelante”.
En este sentido, recalcó la importancia de que la acción del Gobierno resulte en una asistencia a las empresas, “para evitar despidos masivos que después impliquen pérdidas de skills (habilidades) y entrenamiento”. Sostuvo que los servicios se encuentran entre los sectores más afectados por la situación actual, mientras que la agricultura está logrando un dinamismo más normal.
“El lockdown (o cuarentena) ha tenido un impacto importante en la actividad económica, hemos revisado nuestras proyecciones de crecimiento, teniendo en cuenta la menor oferta que se está produciendo de muchos bienes y servicios, nos encontramos con un panorama muy distinto al que esperábamos a principios de año”, expresó Barboza, en un podcast compartido por Itaú.

Explicó que las respuestas de los gobiernos en la región contienen ingredientes comunes, que consisten en tratar de asegurar los ingresos y evitar una interrupción de la cadena de pagos. Sin embargo, reconoció que las situaciones previas de déficit fiscal y deuda limitan la fuerza con que se puedan aplicar las medidas de apoyo económico en cuestión.
En este sentido, el economista informó que la diferencia entre los gastos y los ingresos en las arcas del Estado (déficit fiscal) representará este año el 4,1% del PIB, luego de que el 2019 ya cerrara con un déficit de 2,8%, por encima del 1,5% impuesto como tope en la Ley de Responsabilidad Fiscal.
El segundo año consecutivo de resultados que deben escapar a la regla fiscal constituirá un efecto del gasto que se debe realizar para contener a la pandemia y el bajón de las recaudaciones que se genera por la menor actividad económica, explicó Barboza. Previamente, Itaú esperaba un déficit fiscal de 2,2% para el 2020 y de 1,7%, para el 2021
Finalmente, la firma considera que la cotización del dólar cerrará el año en G. 6.700, por encima de los niveles actuales. Este lunes, la moneda norteamericana rompió la tranquilidad que vino manteniendo en los últimos días: en el sector minorista o de casas de cambio, el valor de venta subió a G. 6.420, con cuarenta puntos de diferencia desde el viernes pasado y en coincidencia con el sorpresivo desplome de los precios del petróleo a nivel internacional. En el mercado mayorista, o de cheque y transferencia, el promedio calculado por el Banco Central del Paraguay (BCP) prácticamente no sufrió variaciones y se ubicó en G. 6.483.
El Banco Itaú se suma a la tendencia de drásticas correcciones a las proyecciones de crecimiento económico de Paraguay para el corriente año, como consecuencia de del Covid-19.