Por Sergio Noe
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Solistas y grupos paraguayos de diversos géneros se dedican a la difusión de la música cristiana, buscando transmitir un mensaje de esperanza, fe y alegría. Shemá, Jericho, Getsemaní, Uzi y CFA Music son algunas de los tantas agrupaciones del segmento, además de otras que ofrecen rock, baladas, reggae, rap, hip hop, folclóricas –polca y guaranias–, latinoamericanas y latinas.
“Nuestro trabajo es llevar música de esperanza y fe. También tenemos música de alabanza y adoración, canciones dedicadas a los matrimonios, los novios o la familia, y otras de tinte social, que hablan de la patria y nuestra gente”, señala Jorge Núñez, vocalista y líder de Shemá, grupo que trabaja desde hace 15 años en el país.
Detalla que sus piezas, fundamentadas en la fe y los valores cristianos, están dirigidas a todos, a excepción de temas muy específicos de “adoración y alabanza” a Jesús, enfocados más bien en una audiencia más religiosa.
Entre sus canciones más difundidas figuran Digno de adoración, ganadora del Equinoccio Latin Awards Of South America (2007), que destaca la música latinoamericana cristiana, y el videoclip Frente a ti, sumados a una producción de dos discos de estudio, dos en vivo y uno en camino.
Por su parte, Néstor Benítez, del grupo Jericho, cuenta que su música se dirige preferentemente a los jóvenes, abordando el pop rock alternativo, así como baladas y temas con influencia del rock de los ochenta.
MENSAJE. El músico de Jericho cuenta que su disco Hay esperanza apunta, justamente, a presentar la esperanza en la familia, entre los amigos y la sociedad. “En todos esos lugares se puede cultivar también la fe y el amor”, enfatiza.
También llevan su música “a los que buscan la paz y el bien común”, además de “anunciar a un Dios vivo, que nos ama y enseña a amar al prójimo y a no quedar indiferente ante la injusticia”.
En tanto, el líder de Shemá reconoce que el mensaje de sus obras propone a “Jesús como cambio, libertad y vida”, tópico que inspira e impregna sus producciones.
DIFUSIÓN. Muchos grupos cristianos tocan en templos de diversas denominaciones cristianas, aunque su radio de acción no se reduce a este circuito.
“Ya tocamos en shoppings o festivales que no eran católicos. También actuamos en iglesias evangélicas por invitación”, indica Núñez.
Asimismo, uno de los colaboradores en la difusión de la música cristiana es el baterista César Cipolla, quien integró el grupo Uzi. A través de su productora Hecho en Casa Producciones, el artista también promovió la formación de numerosos cantantes y grupos, así como la difusión de la música cristiana en espacios radiales y televisivos.
Recuerda que un pionero y luchador en la introducción del rock cristiano en el país fue Rubén Sanabria, del grupo Sanctus, quien fue “echado” de varias iglesias, considerando que en los 90 el género no gozaba de mucho prestigio.