Por Alberto Peralta/@alperaltag. El film es protagonizado por Georgina Campbell (Tess) y Bill Skarsgård (Keith), con la participación de Justin Long. Tess llega una noche de tormenta a una casa alquilada a través de una app, para descubrir que el lugar ya estaba ocupado por alguien más.
El caso de doble agendamiento despierta cierta rabia y desconfianza en Tess, mientras que Keith hace todo lo posible para –con torpeza– hacer sentir cómoda a la inesperada visitante.
Sin embargo, Tess descubrirá que el inconveniente de la doble reserva no es nada en comparación con los terroríficos secretos que guarda la casa, secretos que irá sacando a la luz, como órganos en una autopsia, durante los 104 minutos del film.
Bárbaro sabe crear momentos de mucha tensión, genuino miedo, pero también tiene momentos de oscuro e inteligente humor, y, en como trasfondo del horror y del shock y del salvajismo, retrata varias facetas problemáticas de nuestras sociedades modernas.

Cregger (Miss Marzo, 2009) hace una ácida crítica a la fría irresponsabilidad de empresas que conectan a prestadores y a usuarios directamente, al abandono de comunidades, e incluso aborda sin vergüenza algunos aspectos de la cultura de cancelación y del movimiento MeToo y de sus críticos.
La historia construye sus climaxes de asco y terror utilizando todos los elementos narrativos que el formato pone a disposición de Zach Cregger: la ambientación sonora, las luces y sombras, la genial actuación de Skarsgård, e incluso los momentos ridículos de Long ofrecen risas que terminan acentuando la incomodidad y el miedo momentos después.
Un interrogante abierto, al final de la película, es realmente quién es el salvaje a quien se refiere el título.