10 jun. 2025

Basura

Brigitte Colmán – @lakolman

Con la bajada del río quedó expuesta la imagen verdadera de esta sociedad. Todos sabíamos lo contaminado que está el río, y sospechábamos la cantidad de basura que se escondía debajo, solo que preferimos no mirar para no tener que ver. Pero la basura siempre estuvo ahí.

Cada día llegan toneladas de desechos: neumáticos, colchones, electrodomésticos, televisores, pañales, botellas, madera y plásticos.

Ahora mientras algunos se golpean el pecho con muestras de arrepentimiento por haber sido tan malos y haber llenado de basura al río Paraguay; otros se emocionan hasta las lágrimas por la labor de los militares que llegaron a limpiar de basuras la parte del lecho del río que quedó descubierto, acá en la Costanera de Asunción.

El trabajo de los uniformados provocó reacciones diversas y casi casi terminó ya otra vez en un Olimpia-Cerro. Yo creo sin embargo que cortar por un rato el ocio siempre hace bien; así no se les ocurre andar pensando en golpes, como lo hacen sus colegas del vecindario.

Agua que no has de beber. En Paraguay tenemos importantes recursos hídricos, algunos de ellos como el Paraná nos da energía (cuando ANDE lo permite).

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No tenemos acceso al mar pero tenemos ríos, arroyos, lagos, y por supuesto los afamados acuíferos Guaraní y Patiño. Pero los paraguayos somos así y nos hemos dedicado incansablemente a ensuciar todo lo que está a nuestra disposición. Este verano nuevamente vas a querer huir del calor, y vas a arriesgar tu salud cada vez que te des un chapuzón en el arroyo contaminado. Es que somos especialistas en jorobarnos a nosotros mismos; somos una especie que se hace daño a sí misma.

Ríos, arroyos, lagos y lagunas están gravemente afectados por la contaminación, y es porque los consideramos vertederos en donde está permitido tirar todo tipo de basura, y si a esto le sumás las industrias que tiran químicos y desperdicios varios al río, al lago azul cué y al arroyo, tenemos el combo completo.

La visión de la montaña de basuras que se formó en las playas, en la zona de la Bahía y en la Costanera de Asunción fue un espectáculo tristísimo, es cierto. Pero pecamos de hipócritas cuando pegamos el grito al cielo por esa montaña de desperdicios, cuando todos sabemos bien que los desechos cloacales van todos los días, directamente al río, ahí en la mismísima Bahía de Asunción; y por eso se convirtió en un caldo infecto.

Asunción se levantó con muy escasa planificación, y en todo el país no existen plantas de tratamiento de residuos, por eso cada minuto que pasa se sigue contaminando la Bahía.

A eso tendríamos que sumar el hecho de que no hay campañas serias que promuevan ni la limpieza ni el reciclaje.

¿Seré yo señor? A la hora de poner nombres a los responsables de que el río se haya convertido en un inmenso basural, se cita con frecuencia a la gente que tira su basura a la calle y al río. Pero se pasa por alto la gran responsabilidad del Poder Ejecutivo, sus ministerios y sus miles de funcionarios, así como también del municipio, y sus otros miles de funcionarios.

Los municipios tienen falencias a la hora de proveer servicios de aseo urbano, recolección de basura y sobre todo protección de los recursos naturales y del medioambiente. Y, por otra parte, el gobierno central no tiene políticas públicas para cuidar nuestro ambiente.

Por eso, no es suficiente con culpar a la gente, y tampoco es justo, si los gobiernos nunca invirtieron en concientizar a la ciudadanía ni invirtieron en educación ambiental. Después de todo, si cada paraguayo hace lo que quiere es por la falta de institucionalidad del país. Si todo se resuelve con una coima, ¿por qué solo le culpás al que tira la basura a la calle? Después de todo, la impunidad –tristemente– se convirtió casi en nuestra segunda piel.