La fórmula que maneja nuestro país, según la BBC News, refiere a los tres tributos más relevantes del país, como el del impuesto al valor agregado (IVA), a la renta personal y a la renta empresarial, las cuales tienen una misma tasa que sería del 10%. Este sería el presupuesto más bajo de América Latina, exceptuando en Panamá.
“El atractivo régimen 10-10-10 de Paraguay ha captado igualmente la atención de los inversores internacionales y constituye uno de los principales pilares del atractivo entorno empresarial del país”, reza parte de una nota publicada por la Organización Mundial del Turismo a comienzos de este año, donde fue entrevistado el mandatario.
Manifestaron que esta característica es señalada por el presidente de la República, Santiago Peña, como una de las fortalezas para desarrollar su economía y recibir inversiones que podrían ir a los demás países de la región.
El objetivo de Peña, según sus declaraciones, es incrementar la recaudación fiscal con mejores controles de la evasión, que en el caso del IVA alcanza el 31%, cifra superior al promedio regional, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
“No vamos a subir los impuestos a los emprendedores, ni a las empresas, ni a nadie, porque los emprendimientos generan un gran impacto donde se instalan. Traen empleos directos, seguridad social y un sinnúmero de beneficios a la zona como un mayor movimiento comercial, programas de responsabilidad social empresarial y mucho más”, dijo en un video publicado en sus redes sociales.
Reformas tributarias
El extenso informe hace un recuento de cómo empezó a delinearse el impuesto actual de nuestro país, lo que posteriormente se convirtió en una reforma tributaria.
Sostuvieron, de acuerdo a una entrevista del ex ministro de Hacienda, Dionisio Boda, que en el año 2004 se redujo fuertemente el impuesto a la renta empresarial, del 30% al 10%, y el argumento en ese entonces fue gravar menos para incorporar más empresas a la formalidad y así ampliar la base tributaria.
Sin embargo, no fue hasta 2012 que el país incorporó el impuesto a la renta personal, y cuando lo hizo, fijó una tasa única de 10%, en lugar de establecer una escala progresiva como había planificado Borda.
Señalaron que para pagar impuesto a la renta personal en nuestro país hay que ganar más de 120 salarios mínimos al año, pero además, existen muchos gastos que se pueden deducir -vivienda, educación, salud, vestimenta, entre otros-, por lo que son muy pocos los que lo terminan pagando.
La última reforma tributaria en Paraguay fue en 2020; donde se unificaron tributos que pagan las empresas y se eliminaron algunas exoneraciones.
Indicaron que a pesar de lo que las autoridades de nuestro país consideran que es un ambiente tributario favorable para atraer capitales, la inversión extranjera directa en Paraguay se ha mantenido en torno al 1%, muy por debajo de sus pares sudamericanos.
La BBC manifiesta que la propuesta presentada por el presidente Santiago Peña se contrapone con la de especialistas como Borda y organismos internacionales, que entienden que se debería recaudar más para ampliar las políticas sociales.
Refirieron que los impuestos se pueden dividir en dos grupos: los directos, como el de la renta personal o la empresarial, y los indirectos, como el IVA o tasas sobre productos específicos.
Un sistema en el que se cobra a todos tasas similares se denomina regresivo y uno en el que paga más quién más tiene se llama progresivo.
El IVA recauda casi la mitad de los USD 2.600 millones anuales en impuestos, mientras que el de renta empresarial casi el 40% y el de rentas de las personas suma el 2,3%.
El Gobierno destaca que los impuestos indirectos bajaron de 60% a 51% entre 2019 y 2022.
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Según Borda, el impuesto a la renta personal original “llegó mutilado” al día de su aprobación en el Congreso Nacional, tras varios aplazamientos. Asimismo, afirmó que con la reforma de 2020 hubo una “mejora mínima” de este gravamen.
La presión fiscal -definida como ratio entre impuestos y PIB- en Paraguay es del 14%, la segunda más baja en la región después de Panamá, debajo del promedio de América Latina (22%) y de los países desarrollados (34%), según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos.
En el mundo, Paraguay está en el puesto 26 de los países que menos recaudación impositiva tienen en relación al tamaño de su economía, según el Banco Mundial.
“Paraguay es uno de los países más pobres de Sudamérica, si se lo compara por Producto Interno Bruto per cápita. Dos de cada tres trabajadores paraguayos está en la informalidad, según el INE, por lo que no tienen cobertura social ni aportes jubilatorios. Una de cada cuatro personas vive con menos de 825.000 guaraníes al mes (unos USD 112) y por lo tanto, es pobre”, señala BBC.
Desarrollo sostenible
El Fondo Monetario Internacional (FMI) le indicó a Paraguay que debería continuar con los cambios tributarios.
Mientras que, para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), “los países con altos impuestos también tienden a ser países con un gasto más alto”.
De acuerdo a una nota publicada en el sitio web del BID, “a pesar de los avances socioeconómicos recientes, persisten importantes desafíos de desarrollo para encauzar a Paraguay en una senda de desarrollo sostenible”.
Pero en un programa en el que trabajó con Paraguay para “fortalecer su política y gestión tributaria, y mejorar la gestión del gasto público”, el BID apoyó medidas “para abordar de manera sostenible las brechas de desarrollo, preservando la ventaja competitiva de Paraguay de contar con bajas tasas impositivas”.