La vida de Emma y Stuart Labuschagne, padres de Michael, cambió radicalmente desde marzo pasado, cuando descubrieron que su bebé había dejado de respirar.
Aquella vez, Michael sufrió un paro cardíaco en su casa, los paramédicos lo reanimaron con un desfibrilador y le inyectaron adrenalina para estabilizar los latidos de su corazón. En el hospital, lo colocaron en un coma inducido.
Cuando despertó, el pequeño vio a su papá y le regaló una amplia sonrisa. “Es un momento que apreciaré con cada centímetro de mi corazón”, le dijo Stuart a Emma.
“Para ser sincera, tiene que ser el momento más feliz de mi vida. Es un milagro viviente y nunca nos hemos sentido más orgullosos de él”, expresó, por su parte, la madre.
Los doctores descubrieron que el menor de tres hermanos padecía de un fibroma cardíaco, un tumor que puede bloquear el flujo de sangre al corazón de un niño.
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Esta condición no se había presentado nunca en el Reino Unido, país donde reside la familia, por lo que los especialistas descartaron poder realizar la extirpación.
Los padres del niño descubrieron luego el Boston Children’s Hospital, una instalación de los Estados Unidos cuyo Programa de Tumor Cardíaco cuenta con una tasa de supervivencia del 100% en los últimos 10 años, informaron medios internacionales.
Desde el hospital se confirmó que el pequeño es un buen candidato para una operación, pero la cotización para la cirugía es de aproximadamente USD 147.000. Esto, sin incluir otros gastos como viajes, días de trabajo perdidos y costos de recuperación.
Por esa razón, Emma y Stuart iniciaron una campaña de recaudación de fondos y esperan viajar a Estados Unidos para la cirugía en abril, mientras disfrutan de su tiempo con el bebé y buscan la manera de continuar cubriendo los gastos.