Algunos lo plantean con ideas radicales que conociendo el fracaso anunciado de las mismas; sin embargo, tienen la gran capacidad en su irracionalidad de concentrar agravios, insultos y confrontación. En México, uno de los países más inficionados por el crimen organizado, elegirán por voto popular a los miembros del Poder Judicial. Darle a un pueblo que vive en más de la mitad de su número en la ignorancia y la pobreza escoger a sus magistrados puede ser tan peligroso como los que tenemos en el país que no se animan a ser libres ni autónomos.
La beligerancia tiene en EEUU un tono de venganza anticipada. El triunfo de Trump ha prendido todas las alarmas luego de anunciar algunos de sus más altos funcionarios. Un legis-lador de la Florida será el nuevo encargado de Justicia y tiemblan los escasos pilares que quedan en ese país ante la posibilidad de que ella sea usada como garrote al servicio de la venganza del reelecto mandatario. El mismo que es un convicto y que prepara ser auto perdonado en ese y otros casos que emerjan. Otros nombres en la misma dirección se enderezan a que la confrontación contra el establishment al que consideran responsable de todos los males debe ser disminuido en número, colocado contra la pared o ser usado para provecho personal de Trump.
En nuestro folklórico patio trasero, la CBI consiguió extender su mandato por 60 días con el único propósito de hacer ruido y generar miedo entre los investigados. Razones sobran. La escasa calidad, idoneidad e integridad de sus miembros huelga todo comentario.
Solo entre Dionisio Amarilla, Leite y Jatar se tiene un trío que refleja todo aquello que no puede ser parte de ninguna comisión investigadora en ningún país serio por la falta de integridad. Ellos mismos se encargaron en su comportamiento de enterrar cualquier resultado por más verosímil que pudiera ser. Los gritos destemplados, los agravios y las amenazas del senador liberal devenido en cartista reflejan con claridad los propósitos de la CBI.
En otros países polarizados o en abierta beligerancia se espera que sean los otros poderes del Estado los que balanceen el ejercicio del mandato. En los nuestros, los suprapoderes como el Jurado de Enjuiciamiento de magistrados o el Consejo de la Magistratura están completamente cooptados por el poder político y no se espera nada que impide la degradación aún mayor que carga la democracia.
Un grupo de activistas políticos y cívicos comienzan hoy una marcha desde Caacupé donde el obispo local quedó asombrado de la cantidad de peregrinantes hacia la Basílica en este tiempo y que lo justifica por las grandes necesidades acumuladas por la población. Esperan los manifestantes realizar varias paradas hasta concluir en el Poder Judicial de Asunción el próximo jueves donde duermen varios casos que demuestran hasta ahora el poder y el triunfo del mal sobre el bien. En el poder legislativo, el show continuará con lo mismo que conocemos, sacando leyes que solo reflejan el carácter vengativo y avasallador del poder político de turno sobre la sociedad civil en su conjunto.
Mientras la beligerancia del bien por miedo, conformismo y aceptación del sino trágico no reaccione solo veremos que el escándalo de ocasión es promovido para que el circo distraiga por un momento, pero en realidad lo que consigue es consolidar la desesperanza y la capitulación.
Debemos confrontar modelos de país con opciones de verdadero cambio. No alcanza lo que se hizo hasta ahora. Todo ha servido para que los protagonistas del mal se erijan en triunfadores de un modelo que solo ha traído desencanto y desilusión hasta ahora.