Esto durante una modesta ceremonia religiosa presidida por el diácono Celso Cabrera, en el marco del programa Ikatu, que cerró un ciclo de trabajo con un bautismo masivo y la regularización del amor ante los ojos de Dios de cuatro parejas.
No faltaron los llantos de los pequeños al sentir el agua bendita en la frente como así también los nervios de las novias.
Aida Romero, de 32 años, es una de las 50 beneficiarias de la capacitación laboral que ofreció la Fundación Santa Librada, a través de Ikatu, que busca que las madres reciban formación espiritual y laboral.
“Estamos muy contentas por el apoyo que se les brindó a las madres solteras. Aprendimos a valernos por nosotras mismas y a trabajar juntas”, indicó Romero resaltando que se sienten motivadas como Gladys Mancuello, que desde ayer y después de 15 años de convivencia con Matildo Troche pudieron intercambiar los anillos y jurarse amor eterno. “Estuve muy nerviosa”, dijo al recibir el sacramento.