Hace algunos días, Gänswein, quien fue su histórico secretario y continúa siéndolo ahora y se ocupa de todas sus gestiones, concedió una entrevista a la revista italiana Oggi en la que explicaba que el papa alemán está “débil en lo físico, pero la cabeza siempre le funciona muy bien”.
Y que le ayuda ser “metódico” en su día a día, concelebrando la misa a las 07:30 para después escuchar música en su sofá y que incluso “ha retomado su habitual paseo por los Jardines Vaticanos”, aseguraba.
Hace algunas semanas, una revista publicó algunas fotos de Joseph Ratzinger que en silla de ruedas paseaba por los jardines vaticanos siempre de blanco y ataviado con una gorra para repararse del sol.
La última foto que se tiene del papa emérito es de poco más de un mes cuando el 7 de marzo se le entregó en su residencia el volumen VIII/1 de su Opera omnia, “La Iglesia, signo entre los pueblos”, editado por la Editorial Vaticana y aparecía sentado en un sillón rodeado de sus invitados.
El 13 de abril, el papa Francisco visitaba a su antecesor, Benedicto XVI para felicitarle por su 95 cumpleaños y mantuvieron una “breve y afectuosa” conversación y rezaron juntos, informó entonces la Santa Sede en un comunicado.
La salud de Benedicto XVI (Marktl , 1927) no permitirá grandes celebraciones como en el pasado, cuando su hermano, Georg, que falleció en julio de 2020, venía a visitarle y también se enviaban músicos y cerveza de su Baviera natal.
Un tiempo difícil
Los últimos meses no han sido fáciles para Benedicto XVI tanto que su secretario aseguró en la entrevista a Oggi que está convencido de que hay “un plan diabólico” para minar la credibilidad del papa emérito, quien es reconocido como una de las mentes más brillantes de la Iglesia Católica de los últimos tiempos.
Para Gänswein, en el mundo de habla alemana hay una tendencia que intenta atacar el pontificado y la obra teológica de Ratzinger y también dañar a la persona.
Benedicto XVI, quien tomó acciones directas contra los casos de abusos en la institución eclesial, tuvo a principios de febrero que salir al paso de las acusaciones que cómo había gestionado algunos casos de sacerdotes acusados de este delito en contra de menores cuando era arzobispo de Múnich, y que habían surgido en el informe redactado por la Iglesia alemana sobre la pederastia.
En una histórica declaración pública, Benedicto XVI afirmó: “He tenido una gran responsabilidad en la Iglesia Católica. Tanto más grande es mi dolor por los abusos y errores que se han producido durante el tiempo de mi mandato en los respectivos lugares”.
Aunque a esta declaración, se alegaba un informe de sus colaboradores y abogados en los que se negaba cualquier acusación de negligencia o encubrimiento.
Benedicto XVI, el primer papa en renunciar al pontificado desde tiempos de Gregorio XII, a principios del siglo XV, ha salido en muy pocas ocasiones de los muros leoninos, una vez para visitar a su hermano en el hospital y en junio de 2020 cuando viajó hasta Ratisbona para visitar a su inseparable hermano gravemente enfermo. EFE