La edad recomendada para que los niños tengan una mascota propia es cinco años, ya que a esa edad según los profesionales son capaces de entender la responsabilidad que conlleva tener un animalito en casa. “A esa edad los niños ya serán capaces de ocuparse de algunas tareas del cuidado del animal, como por ejemplo ponerles agua o comida, recoger la cama, además ya serán más responsables y serán capaces de distinguir los actos que pueden dañar al animal”, indica la pediatra Karen Butterworth.
Menos riegos
Para la profesional es muy importante que los niños desde bebés tengan contacto con los animales. “Los niños que crecen con mascotas desde bebés tienen menos riesgos de padecer alergias y asma, al estar expuesto con el pelo del animal desde pequeños el cuerpo desarrolla inmunidad a estos agentes alérgenos”, señala.
Entre los beneficios que brindan las mascotas en los niños encontramos que reduce el estrés, ayuda al desarrollo emocional, mejora el estado del ánimo y enseña varios valores, como la responsabilidad, el respeto, la empatía y, por sobre todo, el dar y recibir mucho amor. Además ayudan a aliviar la ansiedad por separación. Cuando mamá o papá no están en casa brindan acompañamiento emocional en la espera de la vuelta de ellos a la casa.
Los animales que pueden ser tenidos como mascotas son perros, gatos, conejos, tortugas, peces y hámsteres. Todo al igual que los niños necesitan ciertos cuidados para mantenerlos sanos. Algunos de ellos deben recibir sus vacunas y desparasitaciones, además debemos mantenerlos limpios al igual que su entorno.
La pediatra recomienda a los padres que enseñen a sus hijos a amar, respetar y proteger a sus amiguitos peludos. “Debemos enseñarles que los animales no son juguetes y necesitan cariño y cuidados”, refiere.
Entre perros y gatos
La página Etapa Infantil comenta que existen estudios donde indican que perros y gatos pueden ayudar a niños hiperactivos o demasiado agresivos a estar más tranquilos. Pero para que esto ocurra tanto el perro como el niño deberán ser educados adecuadamente para que se comporten de forma correcta con los demás. Pero cuando los niños juegan con los gatos o perros puede ser una fuente de calma y relajación, para el cuerpo y el cerebro.
Jugar con los animales es un mundo de aprendizaje nuevo para los pequeños, ya que puede estimular la imaginación y la curiosidad por los pequeños.
Las mascotas no son críticas, no dan órdenes, no se enfadan y saben perdonar rápido. Esto, en cambio, no sucede con muchas personas del mundo adulto. Los animales siempre son cariñosos (si se es cariñoso con ellos) y su presencia en la casa ayuda a que los niños sientan gran seguridad y apego.
El amor incondicional y la compañía constante de un perro o un gato fiel (o más de uno) hará que los niños se sientan importantes, algo que les ayudará a tener una mejor autoestima y una autoimagen excelente de ellos mismos. Además de unirse emocionalmente a sus mascotas son más capaces de establecer buenas relaciones con otras personas porque sabrán crear vínculos afectivos. En definitiva tenemos más de mil razones para tener una mascota.
Tenerlos en casa brindan cientos de beneficios para la salud física y emocional no solo en los adultos, sino a los más pequeños de la casa.