“Es horrible. No hay palabras para describir ese horror. Entiendo que hay leyes que cumplir y que para cruzar la frontera hay que hacerlo legalmente, pero muchas de estas familias lo hacen por necesidad mayor”, afirmó del Toro en una entrevista telefónica con Efe.
“El trato que se les está dando es cruel, pero estoy seguro de que la situación va a cambiar pronto. Ojalá empiece ya”, añadió.
La lucha contra el narcotráfico vuelve a ser el epicentro de Sicario: Day of the Soldado, pero en esta ocasión, según se anuncia en los primeros instantes del filme, “no hay reglas que valgan”.
En la historia, el Gobierno estadounidense sospecha que los cárteles de la droga han comenzado a pasar terroristas islámicos a través de la frontera. Así, el agente federal (Josh Brolin) se asocia de nuevo con un especialista llamado Alejandro (Del Toro) para provocar una guerra entre los propios cárteles de México.
“Me preocupa que los espectadores piensen que esa situación es real, porque no es nuestra intención, desde luego no es la mía”, reconoció el artista puertorriqueño, quien admitió que puede haber gente que considere que el argumento refuerza los prejuicios sobre la inmigración.
“Ese mundo de la guerra de las drogas es algo que existe y que se ha usado en innumerables series y películas. Los guionistas y los cineastas pueden usar esas realidades para crear ficciones. Y eso es lo que hacemos: crear una paranoia para que el público entienda por qué los personajes actúan de esa manera”, razonó el actor.
“La intención es explorar la condición humana dentro de ese cuento. La película, principalmente, explora el arco de esos personajes en el lado oscuro, al margen de la ley, rompiendo todas las reglas”, continuó.
“Pero”, aclaró, “entiendo la sensibilidad latinoamericana. Yo también soy latinoamericano. He hecho varias películas de esta temática. Hay que recordar que esto es un thriller, aunque entiendo a quien no le guste lo que cuenta la historia”.
Sicario: Day of the Soldado profundiza en la psicología de su personaje, un hombre atormentado que, movido por la sed de venganza y con métodos poco ortodoxos, ayuda a las autoridades en la lucha contra los carteles de drogas.
Su familia fue asesinada por el cabecilla de una de esas organizaciones y ahora, en esta nueva misión, debe secuestrar -y posteriormente proteger- a la hija de ese líder para provocar un conflicto entre las bandas criminales.
“El corazón y el cerebro de la película están en la rehabilitación de Alejandro. No es inocente, pero empieza a enmendarse. La película tiende a implicar que la historia seguirá, pero eso solo lo sabe el tiempo. Sería interesante ver qué pasa después”, concedió el intérprete
Taylor Sheridan, guionista de Sicario y de esta secuela, ha confirmado que hay planes de rodar una tercera entrega si esta película funciona en las salas.
La cinta, de estreno el próximo viernes, está dirigida por el italiano Stefano Sollima (reemplaza al canadiense Denis Villeneuve) y cuenta con Dariusz Wolski como director de fotografía e Hildur Gudnadottir como compositora (en vez de Roger Deakins y el fallecido Johann Johansson, nominados al Óscar por su trabajo en la cinta original).
También falta en esta ocasión la actriz británica Emily Blunt.
“Claro que dudé cuando supe que no estarían. Estamos hablando de grandes artistas. Pero el guion, que me pareció muy original e imprevisible, tenía algo que invitaba a arriesgarse”, reconoció del Toro, que sonó para los premios de la Academia con Sicario.
“Eso es gracias al guionista. Yo añado como un 15-20% al personaje, pero casi todo estaba ya en el papel. Lo interpreto para que sea lo más real posible. Intento alcanzar la verdad”, finalizó.