En unas declaraciones que publica hoy el diario “Münchner Merkur”, el titular en funciones de Interior zanja el debate abierto la semana pasada en su país asegurando que Snowden no puede obtener asilo político en Alemania porque “no es un perseguido político”.
Su colega, el ministro de Exteriores, Guido Westerwelle, ya advirtió sobre las consecuencias que podría tener una decisión en ese sentido para las relaciones transatlánticas.
“Pese a todos los enfados, una buena relación con EEUU es insustituible. A ambos lados del Atlántico se debe estar preocupado por no dañar la relación de forma duradera”, aseguró Westerwelle a la edición digital del semanario “Der Spiegel”.
Todos los Gobiernos alemanes, y en especial los de centro-derecha, han cuidado con especial interés sus relaciones con Estados Unidos, con quien se sienten en deuda por su ayuda tras la II Guerra Mundial.
Frente a la exigencia de la oposición alemana de conceder asilo a Snowden, la Unión de la canciller Angela Merkel ha abogado por que una delegación alemana interrogue al extécnico en Moscú, porque reconocen que su testimonio es muy importante para Berlín.
La posibilidad de asilo para Snowden se volvió a plantear en Alemania la semana pasada, después de que el parlamentario Hans-Christian Ströbele viajase por sorpresa a Moscú para entrevistarse con el extécnico de los servicios secretos de EEUU.
Snowden le mostró a Ströbele, el miembro más veterano de la comisión de secretos oficiales del Bundestag (Cámara baja), su disposición a testificar en sede judicial o parlamentaria en Alemania sobre el espionaje que llevaron a cabo los servicios secretos estadounidenses en suelo alemán.
El extécnico de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) recalcó, no obstante, su interés por comparecer en Alemania, lo que tiene complejas consecuencias a nivel diplomático.
EEUU retiró a Snowden su pasaporte en verano, a raíz de sus primeras revelaciones, y algunas semanas después obtuvo un permiso de residencia temporal ruso, que expira a mediados de 2014 y no le permite abandonar el país.
Un viaje a Alemania implicaría la anulación del permiso ruso y, sin otras medidas previas, conllevaría su extradición automática a EEUU, ya que Washington ya ha enviado al Gobierno alemán una petición de extradición preventiva contra Snowden, al que acusa de revelación de secretos.