Con esto, demostraba que ya había amenazas en contra de Luis Correa y que no se hizo nada al respecto. Al hombre se le encontró sin vida en la celda 25 de la cárcel La Picota, en Colombia.
En enero del 2023, Correa, cerebro del crimen de Pecci, había advertido que estaba dispuesto a atestiguar siempre y cuando le garantizaran “protección y ubicación en otro país”, porque su vida iba a estar en peligro.
Gracias a su colaboración, tres personas más, presuntos financistas del asesinato, los hermanos Andrés y Ramón Pérez Hoyos y Margareth Chacón, cayeron detenidos y hoy están condenados.
“Absolutamente lamentable que en una penitenciaría colombiana se haya asesinado a Francisco Luis Correa, persona que estaba cumpliendo una pena por cuenta de su participación confesa en el homicidio”, dijo Bernate.
Comentó que su colaboración con la Justicia colombiana estaba prácticamente terminada y que el próximo 19 de enero iba a recibir una sentencia definitiva, en la que se le iba a perdonar el delito de homicidio y quedaba solo condenado a 6 años y medio, por portación de armas.
SIN PROTECCIÓN. Hace menos de un mes, también el abogado Francisco Bernate había informado a la Unidad de Protección sobre el peligro que corrían las víctimas, testigos y apoderados, “e hicieron caso omiso”, lamentó.
“Esperamos que el Estado colombiano avance en la investigación de estos hechos y ojalá la Unidad de Protección no siga haciendo caso omiso”, expuso, con relación a la muerte de Correa.