DESDE LONDRES, INGLATERRA
A las 19.45 del pasado sábado hacía su aparición en el teatro Sam Wanamaker del prestigioso complejo cultural Shakespeare’s Globe de Londres, el virtuoso australiano de la guitarra John Williams. A la luz de las velas y en un teatro íntimo que por momentos recordaba a una capilla, con delicados detalles pintados en cada superficie, el guitarrista comenzaba la primera parte del programa de la noche.
La música sin lugar a dudas iba a sumarse al escenario en la creación de una atmósfera casi celestial. Por 45 minutos deleitó al público con obras de compositores como Vivaldi, Sylvius Leopold Weiss y Turlough O’Carolane, entre otros. El momento más aclamado por el público fue su interpretación de tres obras venezolanas: Natalia, de Antonio Lauro; Cómo llora una estrella, de Antonio Carrillo, y El totumo de Guarenas, de Benito Canónico.
Previamente, el guitarrista mencionó que estas tres fueron fuertemente influenciadas por la obra de Agustín Pío Barrios, Mangoré, quien estuvo en Venezuela en los primeros años de la década de 1930, aparentemente brindando 25 conciertos durante tres semanas. Luego de un breve intermedio, Berta Rojas subió al escenario para iniciar un paseo por las obras más reconocidas de Agustín Pío Barrios. El repertorio comenzó con Un sueño en la Floresta, seguido por dos polcas: Ca’azapa y Ha Che Valle. Destacando la presencia del director paraguayo Marcelo Martinessi, director de la aclamada película Las herederas, con quien Berta trabajó en proyectos audiovisuales para varias de las canciones interpretadas.
Y la noche prosiguió con Julia Florida, luego el vals Opus 8 Nº 4 y Maxixe. Para finalizar, la paraguaya interpretó tres movimientos de La Catedral: el Preludio Saudade, el Andante Religioso y el Allegro Solemne.
Berta envolvió al público internacional (con una considerable cantidad de paraguayos residentes en Londres presente) en un cálido abrazo con las notas de su guitarra. Su talento y su carisma indudablemente conmovieron a los presentes, quienes ovacionaron a la artista luego de cada interpretación.
Luego de la última ovación, Williams y Rojas dieron la sorpresa de la noche: unieron sus guitarras para rendir homenaje con el emblemático tema Danza paraguaya de Mangoré. Antes de hacerlo, la paraguaya agradeció a su colega por haber “sacado a Barrios de la oscuridad” en la que se encontraba hasta que el australiano grabó sus obras en el año 1977. Razones de fuerza mayor llevaron a la cancelación del primer intento de realizar este recital, en el mismo escenario, en el 2015. Pero era solo cuestión de tiempo. El arte de Berta Rojas pertenece a los grandes escenarios del mundo. El del pasado sábado fue una prueba más.