Su aplastante victoria en las primarias republicanas de Iowa le ha allanado a Trump el camino para una revancha con Biden, que el demócrata de 81 años parece disfrutar.
A pesar de sus bajos índices de popularidad y de intención de voto en las encuestas, en las que está codo con codo o por detrás de Trump, el líder demócrata da a entender que su predecesor es su rival preferido.
Biden se centra en decir a los votantes lo que no es, pero algunos demócratas preferirían que comunicara qué hará si se mantiene cuatro años más en el poder.
En sus mítines ha retratado a Trump, sobre el que pesan varios procesos penales y civiles, como un dictador.
Dice que el magnate republicano está obsesionado con las represalias, mientras que él es el único que puede vencerlo y salvar las instituciones de Estados Unidos.
“Estas elecciones serán, en última instancia, entre Donald Trump y Joe Biden. Y eso conlleva una claridad”, declaró a la AFP Abou Amara, abogado y estratega demócrata.
“No será solo un debate sobre políticas, será una lucha sobre la democracia misma”, añadió.
El entorno de Biden también recurre al factor del miedo para atraer a los votantes.
La vicepresidenta Kamala Harris ha dicho que está “asustadísima” ante la posibilidad de que Trump vuelva a la Casa Blanca, mientras que la ex primera dama Michelle Obama ha reconocido estar “aterrorizada”.
Trump, que ha afirmado falsamente que la victoria electoral de Biden en 2020 fue un “robo”, contraataca diciendo que Biden es quien amenaza la democracia.
Las voces críticas, especialmente los demócratas más jóvenes y progresistas, se quejan de que Biden no explica cómo piensa mejorar sus vidas en un segundo mandato.
Los estrategas de su campaña han dejado de presumir de su gran plan económico conocido como “Bidenomics”, porque muchos votantes tienen dificultades para llegar a fin de mes debido a la inflación.
En cambio, machacan a Trump, y es posible que esta estrategia les dé resultado.
Las últimas encuestas muestran a Biden por detrás en los principales estados, pero en una realizada por la Universidad Quinnipiac el 10 de enero, el demócrata gana por poco a Trump en la crucial Pensilvania, por 49% frente a 46%. En octubre, Trump se imponía por 47% a 45%.
Y según los sondeos, los votantes consideran que “preservar la democracia” es lo más importante, por delante de la seguridad fronteriza y la economía.
Después de la fulgurante victoria de su predecesor en Iowa sobre sus rivales republicanos Ron DeSantis y Nikki Haley, Biden insistió en que él era “todavía la única persona que ha derrotado a Donald Trump”.
El presidente también utiliza a Trump como excusa para recaudar fondos. Ha conseguido 1,6 millones de dólares durante las 24 horas posteriores a las primarias en Iowa.
“Va a ser una elección entre dos personas sobre cuyos historiales y estilos de gobierno los votantes estadounidenses no tienen que especular”, afirmó a la AFP William Galston, investigador de la Brookings Institution.
Pero poner el foco de atención en Trump y el hecho de que los demócratas califiquen a sus partidarios de “extremistas MAGA” (en alusión al lema “Hagamos a Estados Unidos grande de nuevo” por sus siglas en inglés) podría ser contraproducente.
“Creo que este discurso negativo sobre MAGA va a perjudicar la campaña electoral de Biden”, declaró Jamie Dimon, consejero delegado del banco estadounidense JPMorgan Chase, a la cadena MSNBC.
Los ataques de Biden a Trump han relegado a un segundo plano algunos asuntos clave. “Es cierto que tiene que haber algo más que ese mensaje”, coincide Amara.