El presente comentario tiene como fin poner a reflexión una cuestión delicada, que puede pasar desapercibida en nuestro día a día, producto de nuestras propias preocupaciones, y es el trato al ciudadano extranjero. Mucho se habla de imagen país a la hora de cuidar la reputación de Paraguay ante los ojos de inversionistas y se deriva casi toda la responsabilidad al sector público, siendo que la imagen país es una construcción hecha por todos los paraguayos, desde el más pequeño emprendedor hasta el último potentado ejecutivo, pasando obviamente por las instituciones del Estado.
Semanas atrás, inversionistas orientales realizaron reclamos ante ÚH por el trato que recibieron de parte de autoridades locales y también se sorprendieron por el accionar de negocios privados. Uno de ellos era asesor de una poderosa empresa coreana que tenía deseos de radicar capital en el país, pero tras infructuosos intentos de reunión con representantes de ministerios el directivo se terminó retirando, con una percepción bastante negativa.
Las muletillas que esgrimían constantemente algunos funcionarios eran “te avisamos”, “la semana que viene hay novedades” e incluso “estoy llegando” (cuando ya lo esperaban en su oficina), para nunca arribar. El visitante pidió mantener en reserva el nombre de su empresa, de manera a no sufrir represalias en futuras licitaciones.
Otras quejas tenían que ver con los precios inflados que cobran algunos comercios a extranjeros, solo por el pensamiento de que tienen más dinero y aprovechándose de que no hablan bien español. Una ciudadana española, que vive hace mucho tiempo aquí, comentó que siempre le quieren recargar por productos y servicios solo por su acento.
Finalmente, una costumbre que afecta a forasteros y locales son las coimas de agentes policiales de todas las unidades, aunque en el primer caso el daño es mucho mayor, considerando las señales que estamos enviando.
DATOS OFICIALES. Estas situaciones solo nos sorprenden y avergüenzan cuando ojos foráneos nos cuentan lo que perciben de nuestro país. Podrían ser anécdotas esporádicas, dormidas a incautos o folclore, como califican algunas personas para minimizar los hechos. No obstante, las vivencias ya llegan a informes internacionales.
De acuerdo con el reporte de Clima de Negocios 2019 (Doing Business) del Banco Mundial, Paraguay ha caído al puesto 113 del 108 (de 190 países). Una de sus principales falencias es la protección a los pequeños inversionistas (ránking 140 en este punto); ¿casualidad o causalidad? La posición en el estudio indica que nuestro país no es un lugar ideal para hacer negocios.
A nivel local, la Asociación Industrial Hotelera del Paraguay (Aihpy) viene manifestando su preocupación por el incesante cobro de sobornos sobre las rutas y en puestos fronterizos. Los turistas expresan su malestar por estas operaciones, aunque ya las están tomando como normales, algo vergonzoso.
Si la imagen país es buena, la economía lo terminará agradeciendo. Crear un ambiente hospitalario para los visitantes forasteros depende de todos nosotros, no solo del corrompido sector público. Pero esto no exime a la Sedeco, a la Senatur, a la Policía Nacional y a demás autoridades nacionales de reforzar sus controles y convertirse en entidades de verdadera ayuda para los interesados en conocer Paraguay. Cuando Carlos Sosa compuso su emblemática canción no se refería a este tipo de bienvenidas oportunistas.