Involucró en el esquema al ex vicecanciller Juan Baiardi, quien está por recibir el acuerdo para ser embajador en Colombia, como la persona que le comunicó la decisión de no realizar el corte administrativo.
Bittar dijo que no tiene información sobre denuncias internacionales relacionadas con la venta de visas paraguayas, pero mencionó que algunas personas vinculadas a estos casos han enfrentado procesos judiciales al regresar del Líbano.
Manifestó que lo llamaron del Ministerio solicitándole que facilite el negocio de las visas, razón por la cual se negó y tuvo que dar un paso al costado. El diplomático puso en el centro de atención la gestión de la Cancillería y la necesidad de mayor transparencia en sus procedimientos.

“Antes de ir a Líbano, me convocó un señor para que facilite el negocio de las visas, porque yo tengo la potestad de entrevistar a la persona y mandar o no la solicitud a Asunción. Una de las presiones era que no tranque ningún pedido, por más de que aplique o no. Claro que esta gente sigue en la Cancillería, ni en época de Stroessner se les atemorizaba tanto a los funcionarios de Cancillería”, lamentó. Describió la actual administración de la Cancillería como “absolutamente prepotente” y aseguró que los funcionarios viven temerosos de perder sus empleos.
“Sin sumarios, sin nada, destituyen, nombran, hacen lo que se les antoja”, señaló.
“Yo tengo la potestad de mandar o no, y la línea era que no tranque ningún requisito, por más de que aplique o no. Claro que esta gente sigue en la Cancillería, ni en época de Stroessner se les atemorizaba tanto a los funcionarios de Cancillería”, reiteró.
“He hablado con personas que pagaron 2.000, 3.000, o 5.000 dólares, depende de la cara del cliente. Les dije a estas personas que denuncien, pero no querían porque necesitaban la visa”, sostuvo.