30 abr. 2025

Bofetada vacacional

Marta García – @marthegarza

¿Cómo te fue en tus últimas vacaciones? ¿Lograste visitar aquella playa a la que hace rato le tenés ganas o te tuviste que conformar con el tereré bien frío debajo del mango del patio de atrás, para relajar las tensiones del año que acabó? ¿Por cuánto tiempo te endeudaste para pagar aquel viaje familiar? ¿Qué tal pinta el panorama para la temporada veraniega 2019/2020?

Estas son algunas de las preguntas que seguramente te hiciste al enterarte de que el presidente del Banco Central del Paraguay (BCP), José Cantero, cobró este año G. 12,5 millones de ayuda vacacional, aun contando con un ingreso mensual de G. 45,4 millones. La reflexión es inevitable, pues el gasto en vacaciones es todavía una opción de lujo para muchas familias, a pesar de los avances de los últimos años en reducción de la pobreza y crecimiento de la clase media.

La publicación de los beneficios extras con que cuenta el titular del BCP, que también contemplan G. 4,2 millones por escolaridad de hijos menores, fue un interesante experimento social que arrojó reveladores resultados a través de las redes. Ya nos acostumbramos al escrache a los políticos corruptos y a los funcionarios planilleros; pero, ¿qué pasa cuando cuestionamos el accionar de un profesional altamente calificado, que conduce una de las pocas instituciones públicas que se ganaron la credibilidad del sector privado y de toda la ciudadanía?

Los privilegios de los que gozan los funcionarios públicos, como los dobles y triples aguinaldos que ahora se disfrazan de subsidios familiares, subvenciones alimentarias y gratificaciones, son un tema recurrente de análisis.

La discusión adquirió mayor relevancia al cierre de un año que golpeó a la economía con la ampliamente descrita “tormenta perfecta” y que llevó al Ministerio de Hacienda a solicitar al Congreso su visto bueno para sobrepasar el tope de 1,5% de déficit fiscal establecido por ley, para evitar que se frene la actividad que está liderando la recuperación económica del segundo semestre: las obras públicas.

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En medio de esta situación, surgió también la advertencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) respecto a lo expuestos que estamos a que los ingresos adicionales que puedan generarse en años económicos buenos sean consumidos en su totalidad por gastos corrientes (salarios para funcionarios), en lugar de que se conviertan en un ahorro con el cual se puedan enfrentar años difíciles.

Es en este escenario que resulta desconcertante el hecho de que un profesional con una larga lista de estudios en el exterior y una rica experiencia en la academia termine sumándose a la práctica de beneficiarse con asignaciones adicionales, en un Estado que deja insatisfechas tantas necesidades en salud, educación, infraestructura y los servicios básicos más básicos.

Claro que los problemas del país no se van a solucionar con la ayuda vacacional y escolar que se deje de pagar a José Cantero, tampoco se discute la importancia de que sea bien remunerado un funcionario con probada capacidad profesional y personal. Lo que esperamos es que el mensaje de una mayor conciencia en la administración de los recursos públicos parta de aquellos que se supone que deben dar el ejemplo, para que la ética alguna vez llegue a ser contagiosa en la conducción de nuestro país.