El presidente del TSE, Salvador Romero, anunció que enviará al Congreso un proyecto de ley que prevé hacer la votación el domingo 6 de setiembre y “una vez publicada la ley, el órgano electoral fijará ese día como fecha de la elección general 2020 a través de una resolución”.
El tenor del proyecto fue consensuado por las formaciones políticas en reuniones reservadas, según fuentes políticas.
Bolivia debía ir elecciones el pasado 3 de mayo, pero por la irrupción del coronavirus fueron postergadas para antes del 2 de agosto. Pero la persistencia de la pandemia y los pedidos para no sacrificar la salud de los bolivianos impulsaron un nuevo acuerdo.
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Romero dijo que el TSE trabajará para generar las condiciones de bioseguridad durante las elecciones. La pandemia ha contagiado a más de 10.500 personas y ha matado a 343 en este país de 11 millones de habitantes.
“No ignoramos ni subestimamos las complejas condiciones de desplegar las labores en el terreno”, señaló el funcionario ante los principales candidatos a la presidencia.
Luego acotó que el TSE “ha tomado en cuenta los efectos del coronavirus” para la preparación de los comicios.
Protestas contra Áñez
Bolivia volverá a las urnas tras los comicios del 20 de octubre del año pasado, anulados luego de violentas protestas de la oposición, que denunció un fraude en favor del entonces presidente Evo Morales. La Organización de Estados Americanos (OEA) aseguró en un informe que hubo irregularidades en la votación.
Morales dimitió el 10 de noviembre tras casi 14 años en el poder y salió hacia México, donde recibió asilo político. Un mes después se trasladó a Argentina como refugiado, desde donde comanda su partido, el Movimiento Al Socialismo (MAS).
La convulsión social de octubre y noviembre de 2019 dejó más de 30 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
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Tras la dimisión, la entonces senadora de derecha Jeanine Áñez asumió la presidencia de Bolivia de manera interina con la única misión de llamar a nuevos comicios, pero después anunció su candidatura.
El gobierno de Áñez sufre las protestas de campesinos e indígenas cercanos al ex presidente aymara, unas críticas a las que también se han sumado el ex presidente Carlos Mesa y Luis Fernando Camacho, impulsor de las manifestaciones que provocaron la dimisión de Morales.
Rechazo de Camacho
Tras el anuncio del TSE, el economista Luis Arce, delfín de Morales y líder en las encuestas, aseguró que se debe “dar la certeza a los bolivianos que este año habrá elecciones” con medidas ante el coronavirus.
Además de Arce, algunos candidatos se pronunciaron a favor de la nueva fecha electoral, a excepción de Camacho, cuarto en intención de voto, quien afirmó en Twitter que el TSE “miente” ya que su partido “no es parte de ese acuerdo”, y abogó por hacer las elecciones “cuando la salud y la vida estén seguras”.
Sin embargo, el MAS tiene el control de ambas cámaras del Congreso, por lo que es clave para dar luz verde a la nueva ley.
En tanto, el centrista Mesa consideró necesario “terminar” con el gobierno transitorio para dar paso a una nueva administración, pero llamó a adoptar medidas de seguridad ante la pandemia.
El partido Juntos, de Áñez, va “a acatar la fecha que defina el Tribunal Electoral”, indicó el dirigente Edwin Herrera, aunque demandó al TSE “precautelar la salud de la población”.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, recibió con “beneplácito” el anuncio y llamó a los partidos y las autoridades para que cooperen plenamente con el TSE “en la celebración de elecciones pacíficas, transparentes e inclusivas”.
Asimismo, Guterres dijo en un comunicado que la ONU, con la Unión Europea y algunos países, seguirá brindando asistencia técnica al TSE, “incluso sobre las medidas de mitigación que permitan que las elecciones se lleven a cabo en las mejores condiciones sanitarias posibles”.
Una última encuesta de marzo ubica a Arce con el 33,3% de la intención de voto, seguido de Mesa (18,3%) y Áñez (16,9%).