EFE
“En ningún momento me sentí responsable por algo que no hice, no soy autoridad y por eso no me siento responsable”, aseguró la boliviana Celia Castedo en una entrevista al canal SporTV, de la red Globo.
Castedo, funcionaria de la Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares a la Navegación Aérea (AASANA) en el aeropuerto de Viru Viru de la ciudad boliviana de Santa Cruz de la Sierra, presentó el pasado diciembre la petición de refugio en la ciudad fronteriza de Corumbá.
La boliviana fue así liberada para permanecer provisionalmente en Brasil mientras se resuelve su situación legal.
En la entrevista, Castedo confesó que pidió refugio en Brasil porque en Bolivia “perdió" “todos los derechos” y recibió amenazas de muerte tras el accidente, en el que fallecieron la mayoría de los miembros del club brasileño Chapecoense.
“Me acusaron directamente y no me dieron plazo para probar mi inocencia, porque sólo en un día me procesaron dos veces”, aseguró.
En su informe, Castedo realizó varias observaciones al plan de vuelo del avión de Lamia que se estrelló cerca al aeropuerto de Medellín el 28 de noviembre y presentó un informe alegando que sus observaciones no fueron atendidas por la empresa y que, incluso así, la AASANA terminó autorizando el vuelo.
“Me llamaron pidiendo que modificara mi informe. En el mismo instante respondí que no haría uno nuevo”, resaltó en la entrevista.
Y aclaró que ella, desde el cargo que desempeñaba, no tenía la autoridad para autorizar, detener o impedir la salida de aeronaves.
“La única autoridad es la Dirección General de la Aeronáutica Civil. Ellos son la institución que fiscaliza y autoriza todos los vuelos en Bolivia”, recalcó.
La principal observación de Castedo fue sobre el tiempo de vuelo previsto entre Santa Cruz de la Sierra y el aeropuerto de la ciudad colombiana de Rionegro -que opera para Medellín- (4 horas y 22 minutos), que era el mismo registrado para la autonomía de combustible que tenía el avión.
El avión se estrelló a pocos kilómetros de la pista del aeropuerto de Medellín luego de que el piloto admitiera que tenía problemas y falta de combustible.
En el accidente murieron 71 de los 77 ocupantes de la aeronave, en su mayoría jugadores, dirigentes y periodistas del Chapecoense, equipo que viajaba a Medellín para disputar el partido de ida de la final de la Copa Sudamericana frente al Atlético Nacional colombiano.