“Acabo de oír del presidente Jair Bolsonaro el aviso de mi destitución del Ministerio de Salud”, informó Mandetta en su cuenta de Twitter, partidario de las medidas de aislamiento social rechazadas por Bolsonaro. Mandetta agradeció la “oportunidad” de “planificar el enfrentamiento a la pandemia del coronavirus”, el “gran desafío” que Brasil tiene por delante, añadió.
La relación entre Mandetta y Bolsonaro se venía desgastando desde el inicio de la crisis sanitaria provocada por el virus, que hasta ayer había dejado 1.924 muertes y 30.425 contagios. Las autoridades prevén que el auge de la epidemia ocurrirá en Brasil entre fines de abril e inicios de mayo.
Mientras Mandetta defendía las medidas de aislamiento social determinadas en varios estados brasileños para reducir la velocidad de contagios y no sobrecargar el sistema de salud, Bolsonaro promovía la flexibilización de estas medidas de cuarentena por considerarlas un remedio “peor que la enfermedad”, debido a sus efectos negativos en la economía.
El sucesor de Mandetta es el oncólogo Nelson Teich, según revelaron varios medios brasileños. Teich era uno de los nombres en agenda para ocupar el ministerio luego de la elección de Jair Bolsonaro en 2018, pero el mandatario acabó escogiendo a Mandetta, especialmente debido a su apoyo político en el Parlamento.
Apoyado por la Asociación Médica de Brasil (AMB), Teich también defiende las medidas de confinamiento para enfrentar la propagación del coronavirus. En un artículo publicado recientemente, lamentó “la polarización entre los temas sanitarios y económicos”.
ROCES. Bolsonaro avisó hace días que podría destituir a su ministro de Salud, cuando amainase la pandemia de coronavirus, por “falta de humildad”.
Pero ayer precipitó los tiempos y se libró de su popular ministro, agravando la crisis política y sanitaria. Hace dos meses, cuando el Covid-19 se veía aún desde lejos en Brasil, este ortopedista pediátrico y político, de 55 años, con experiencia en gestión sanitaria se ganó la confianza de tres cuartas partes de los brasileños, que como él estaban a favor del confinamiento.
Fue el único ministro en oponerse con firmeza a un Bolsonaro que minimizaba la “gripecita” del coronavirus, y que hacía una provocadora campaña contra el aislamiento social para evitar una debacle económica y social. Pese a rumores de destitución y humillaciones públicas, Mandetta estuvo en el cargo con una buena dosis de equilibrio y astucia política.
Cacerolazos contrael accionar político
Las cacerolas resonaron ayer en diversas partes de Brasil contra el presidente Jair Bolsonaro en protesta por la destitución de su ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, defensor de las cuarentenas impuestas por gobernadores regionales y a las que el mandatario se opone. Los cacerolazos comenzaron poco después de que se conociera la salida del ministro y se intensificaron durante un pronunciamiento protagonizado por el presidente brasileño en el que justificó su decisión y anunció al sustituto de Mandetta, el oncólogo Nelson Teich. El ruido se escuchó en diversas ciudades de Brasil, entre ellas Río de Janeiro, Recife o São Paulo, donde ciudadanos salieron a sus balcones y ventanas para golpear sartenes y cacerolas al grito de “fuera Bolsonaro”. Las protestas contra el presidente resuenan en Brasil fines de febrero. EFE
30.425 contagiados de Covid-19 hay en Brasil, donde ya fallecieron 1.924 personas, según los últimos datos.