"¿Cuántas veces he llorado solo en el baño de mi casa?”, se preguntó el mandatario ultraderechista la noche del jueves en una conferencia frente a un público evangélico.
“Mi esposa nunca me vio, ella cree que yo soy el más macho de los machotes. En parte creo que ella tiene razón”, agregó, provocando risas de la audiencia.
Retomando un tono más serio, Bolsonaro afirmó: “Ahora no es como cuando era diputado (...) Si tomo una mala decisión, mucha gente va a sufrir”.
El mandatario brasileño vive uno de los momentos más delicados de su mandato, iniciado en enero de 2019.
La aprobación a su gobierno cayó al 22%, la más baja desde que asumió el cargo, en medio de la pandemia de coronavirus que ha acabado con más de 600.000 vidas, una inflación vertiginosa y un alto desempleo.
Las encuestas lo muestran como perdedor frente a su mayor adversario político, el exmandatario de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva, en las elecciones presidenciales de octubre de 2022.
Además, la próxima semana, una comisión de investigación del Senado emitirá un informe que incrimina a Bolsonaro y a varios miembros de su administración por el caótico manejo de la pandemia.