24 abr. 2025

Bolsonaro es visto por sus seguidores como una especie de mesías para Brasil

Jair Bolsonaro, con un pie en el Palacio del Planalto, advirtió que los marginales rojos serán prohibidos en Brasil.

EFE, AFP y REUTERS

RÍO DE JANEIRO - BRASIL

Amado por unos y odiado por otros, el polémico ultraderechista Jair Mesías Bolsonaro avanza firme hacia la presidencia del Brasil. Su punto fuerte de arrastre en las preferencias son sus polémicas declaraciones.

Sus seguidores hacen honor a su segundo nombre y lo consideran una especie de mesías dispuesto a enfrentar de la mano de Dios la inseguridad y la violencia que azotan al país.

Impedido de hacer campaña en las calles y obligado a permanecer hospitalizado durante tres semanas por una puñalada que recibió durante un mitin al aire libre en Juiz de Fora, una ciudad en Minas Gerais, Bolsonaro consiguió posicionarse en las preferencias electorales a través de las redes sociales, especialmente WhatsApp y Facebook, con la ayuda de empresas que pagaron el envío de miles de mensajes considerados como noticias falsas contra su oponente Fernando Haddad.

Bolsonaro tampoco se expuso a enfrentar a sus contrincantes en la mayoría de los debates entre los candidatos. La herida que sufrió le sirvió d pretexto.

Es descendiente de campesinos sin tierras italianos que migraron al Brasil en busca de mejores horizontes

Expulsado del ejército. Jair Messias Bolsonaro (nació en São Paulo en 1955) solía ser considerado un payaso. Hijo de un dentista rural, durante el final de la dictadura militar, en 1985, intentó refugiarse en el Ejército, pero fue expulsado a la reserva por conflictivo.

Su carrera militar lo hizo en Río de Janeiro donde se especializó en paracaidismo y obtuvo su título profesional en Educación Física. Desde entonces sus superiores lo calificaban como un ser agresivo y de excesiva ambición.

De ahí pasó a la política, donde se le tomaba por un paria. Autoritario, anti democrático, machista, racista, homófobo, defensor de la tortura; un bufón, en fin, para los cuatro nostálgicos de la dictadura.

Bolsonaro entró en la “gran política” de Brasilia en 1991 después de salir del Ejército amonestado por intentar planear un atentado para protestar por los bajos salarios de los soldados.

En sus casi 3 décadas como diputado pasó por 8 partidos diferentes, pero se mantuvo fiel a la bancada parlamentaria “de la bala” formada por ex militares y policías.

Se dio a conocer entre más de 500 diputados por sus elogios al periodo dictatorial, su defensa de la tortura como práctica policial, y por hacer de la apología de la violencia su propio estilo. Además es partidario de facilitar el porte de armas

Sus agresiones verbales a una diputada del PT en 2003 a quien le dijo “jamás te violaría, porque no lo mereces”; declaraciones afirmando que las mujeres deben recibir menos salario que los hombres; el querer acabar las cuotas raciales en universidades o el rechazo que públicamente ha hecho de la homosexualidad, también le han sumado miles de opositores que se resisten a ser gobernados por alguien que no respeta ni promueve los derechos fundamentales.