El pedido de Bolsonaro se remitió al mismo órgano fiscalizador del Estado brasileño, vinculado al Congreso, que la semana pasada había ordenado que el exgobernante no puede usar ni vender las joyas, pero lo había nombrado como “fiel depositario” temporal de las mismas.
Con el “requerimiento del depósito judicial” de las joyas en el TCU, comunicó la defensa de Bolsonaro, “queda consignado de que el peticionario no pretendió en ningún momento retener bienes que pudiesen ser públicos”.
Por la “discusión del estatus legal de tales ítems, dada la complejidad de las normas” se requiere que las joyas queden “bajo custodia del poder público hasta que se concluya su correcta y definitiva destinación”, señaló el abogado Paulo Amador da Cunha Bueno.
La petición fue presentada el lunes, pero solo este martes fueron divulgados los detalles por parte del servicio estatal de noticias Agencia Brasil.
La Policía Federal abrió una investigación para esclarecer “el ingreso irregular” al país de varias joyas que el Gobierno saudí le regaló en 2021 al exgobernante y su esposa, Michelle Bolsonaro, “avaluadas en tres millones de euros”.
La investigación policial tramita “bajo secreto judicial” y “tiene un plazo inicial de treinta días, con posibilidad de prorrogarla en caso de que sea necesario”, y se desarrollará en paralelo a otra abierta por el Fisco.
El escándalo fue revelado por el diario ‘O Estado de Sao Paulo’, que afirmó que el Gobierno de Bolsonaro intentó introducir las joyas ilegalmente y el Fisco las requisó en el aeropuerto internacional de Guarulhos, en Sao Paulo.
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Un primer paquete de joyas fue hallado en la mochila de un asesor que integraba la comitiva del entonces ministro de Minas y Energía de Bolsonaro, el almirante Bento Albuquerque, que representó al exmandatario en el viaje, y no las declaró debidamente.
Entre las joyas requisadas y que fueron retenidas había “un collar, un anillo, un reloj y un par de pendientes de diamantes” de la exclusiva marca suiza Chopard.
Bolsonaro, quien desde que dejó el poder se encuentra en Estados Unidos, intentó varias veces liberar los exclusivos obsequios antes de finalizar su mandato el pasado 1 de enero, pero no tuvo éxito, según el citado periódico.
Hubo un segundo paquete de joyas, compuesto, entre otros, por un reloj, un bolígrafo y botonaduras que pasaron por la aduana sin ser declarado y, de acuerdo con el abogado de Bolsonaro, están en poder del exmandatario.
Este martes, Albuquerque declaró ante la Policía Federal que las joyas que recibió y trajo para Bolsonaro tenían como destino al “Estado brasileño” y no catalogadas para “uso personal” como llegó a manifestar en su primer momento la defensa del exgobernante.