Bolsonaro, uno de los mandatarios más escépticos sobre la gravedad del nuevo coronavirus, continúa con el patógeno en su organismo, pero presenta “buena evolución de salud”, según confirmó el miércoles la Secretaría de Comunicación de la Presidencia.
El líder de la ultraderecha brasileña fue sometido la víspera a un nuevo test -el tercero en dos semanas- y confiaba en que el resultado del mismo fuera negativo para poder retomar sus actividades públicas, las cuales se vio obligado a interrumpir tras contraer la enfermedad que el mismo ha calificado de “gripecita”.
Desde que dio positivo, Bolsonaro, de 65 años, ha despachado por videoconferencia desde su residencia oficial en Brasilia, el Palacio de la Alvorada, donde ha sido visto alimentado a los ñandúes que acampan a sus anchas por los jardines y participando en las ceremonias en que es arriada la bandera nacional.
Los datos oficiales, según la Organización Mundial de la Salud, sugieren que Brasil podría haber llegado al pico de contagios y se estableció en una meseta, aunque en niveles que aún son extremadamente elevados. EFE-AFP