Adiós con relinchos. Como ocurría en muchos ejércitos del mundo por aquellos años, el paraguayo hacía uso de los caballos para las batallas.
Boquerón no iba a ser la excepción. De hecho, estos animales fueron utilizados en los primeros días de la contienda, cuenta el historiador Fabián Chamorro.
En los primeros días de dicho enfrentamiento, los estrategas ya cayeron en la cuenta de que no era práctico el ataque de la caballería.
“No era algo práctico la utilización del caballo en una guerra donde ya se usaba mucha artillería”.
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“El problema era la cantidad de agua que consumían y que no servían para el tipo de guerra que era la Guerra del Chaco”, agrega Chamorro.
Enfrentados entre sí, paraguayos y bolivianos tenían a un enemigo en común muy presente en las tierras chaqueñas: La sed.
En los primeros días de combate, muchos soldados paraguayos terminaron abandonando las posiciones que ganaron en el terreno por la cuestión de la sed, describe Chamorro, quien es miembro de la Academia de Historia del Paraguay.
“Los soldados mismos se herían a propósito, generalmente dándose un balazo en la mano, para estar evacuados y poder tomar agua”, relata.
Estas personas eran conocidas como los izquierdistas. Dicha denominación se les había dado porque la mayoría era diestro y se pegaban el balazo en la mano izquierda.
“La sed era algo que fue un enemigo que tanto bolivianos como paraguayos tuvieron durante la guerra y que en Boquerón ya se hizo presente”.
El fortín de Boquerón había sido tomado por los bolivianos en julio de 1932. Paraguay tuvo como objetivo su recuperación.
El ataque de las tropas paraguayas empezó el 9 de setiembre y culminó el 29 de ese mes con la victoria nacional.
“Era más que importante para su sistema defensivo en todo lo que hoy son las colonias menonitas. Entonces, por eso es que se toma ese fortín, por eso es que ahí se da la primera gran batalla, estaba cerca del corazón militar paraguayo que se llamaba Isla Po’i”, cuenta Chamorro.
El idioma
Durante mucho tiempo fue resaltada la importancia del guaraní en las comunicaciones entre las tropas. Chamorro comenta un detalle en particular: Así como los paraguayos tenían el guaraní, los bolivianos tenían el aymara, por lo que cada bando tenía su sector con propio idioma.
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Sin embargo, entre los bolivianos no todos los soldaddos hablaban aymara, a diferencia de los paraguayos, donde todos eran guaraní hablantes.
Otro aspecto que resalta el historiador es que la comunicación en el idioma nativo permitía a los soldados paraguayos sentirse como en sus casas, ya que la mayoría procedía de tierra adentro.
Ellas
Las batallas del Chaco están llenas de nombres y personajes masculinos. Pero también las mujeres tuvieron su papel destacado en la contienda boreal.
La historiadora Nancy Pérez, quien escribió un libro sobre la enfermera María Victoria Candia, destaca que la Batalla de Boquerón fue una prueba de fuego para las jóvenes enfermeras que llegaron poco después de dicho enfrentamiento.
“Se debía obligatoriamente utilizar lo se que encontraba a disposición, poniendo a prueba conocimientos, habilidades y procedimientos, agudizando la capacidad para vencer obstáculos”.
María Victoria Candia, quien fue jefa de enfermeras durante la guerra, recibió su formación en Inglaterra, Francia y posteriormente EEUU. “La Enfermería Militar estaba recién emergiendo en Europa como una especialización. En donde este enfoque de la enfermería aplicada al contexto de guerras ya era parte del programa de estudio de esta carrera”.
Resalta también que la jefa de las trabajadoras de blanco ganó el respeto y la estima por parte de los jefes médicos militares, que en principio ponían en duda la presencia de la mujer en zonas de combate.
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“Su formación académica y su profesionalismo contrarrestaron los prejuicios sobre el rol femenino y la capacidad para enfrentar la cruda realidad de la guerra”, recuerda.
Fue toda una novedad la presencia en el Chaco de aquella primera brigada de enfermeras que partió del puerto de Asunción en el vapor Pingo y llegó al Chaco. Los diarios publicaban noticias breves sobre ellas con bastante frecuencia.
“Las memorias de ex combatientes destacan que causaron gran revuelo en la oficialidad y que hubo lavado masivo de uniformes, botas bien lustradas y barbas afeitadas para estar presentables para la ocasión”.
Datos curiosos
- El arte presente siempre: La música y el teatro popular eran las maneras en que las tropas podían aprovechar los momentos de ocio entre las batallas para distenderse.
- Yacaré Valija: Un personaje mítico que cumplía misiones extremas en el campamento boliviano, cuya figura perdura en los relatos del conflicto chaqueño.
- Salud entre bombardeos: A la hostilidad del terreno y ante los escasos insumos, las enfermeras tenían que cumplir su labor incluso entre constantes bombardeos bolivianos.
Visita histórica de bolivianos a Museo de Aviadores
En conmemoración de la Batalla de Boquerón, el Museo Aviadores del Chaco recibe a una delegación boliviana de hijos y nietos de combatientes de la Guerra del Chaco.
El historiador Claudio Velázquez destacó la visita de los descendientes bolivianos en tierra guaraní, recordando el papel fundamental que tuvieron los aviadores en la Guerra del Chaco.
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“Es la primera vez que en la víspera del aniversario de la Batalla de Boquerón se abre el museo de esa manera para toda la gente, y recibimos la visita de los nietos de los bolivianos que estuvieron en la guerra. Este es un museo didáctico muy interesante que nos muestra el papel clave que tuvo la aviación paraguaya durante la Guerra del Chaco”, refirió.
Actuación fundamental
Asimismo, el historiador señaló que si bien los bolivianos fueron superiores en tecnología de aviación, los aviadores paraguayos tuvieron un gran destaque en el aire.
“Pocas veces se habla de lo que fue la aviación durante la guerra. La mayor parte se habla de las batallas, de la actuación de la Infantería, de la Artillería, pero no de la actuación de los aviadores del Chaco. Desde el punto de vista, de la exploración de un terreno tan inhóspito y tan grande como el Chaco paraguayo fue fundamental. Si bien los bolivianos fueron superiores en tecnología y número de aviones, los paraguayos siempre estuvieron a la altura de la situación en la aviación”, subrayó.
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El experto recordó que en la guerra participaron entre 25 a 30 aviadores, pero que también hay que tener en cuenta a los mecánicos militares, que igualmente tuvieron un rol preponderante en todo lo que fue el mantenimiento y el servicio permanente de los aviones paraguayos.
En un terreno tan inhóspito como el Chaco paraguayo fue fundamental el desempeño de los aviadores.
“Nuestros aviadores incluso hicieron tareas como bombardeos nocturnos. Imagínense en la década de 1930 hacer un bombardeo nocturno con un armamento y tecnología inferior al de Bolivia, es algo completamente increíble en la historia”, enfatizó.
El Museo Aviadores del Chaco –ubicado en avenida Aviadores del Chaco 3100– es una iniciativa privada dedicada a los aviadores que combatieron en la Guerra del Chaco. Fue creado por Carmiña Pérez Falabella el 25 de agosto de 2016, como homenaje a su padre, el piloto aviador militar Fernando Pérez Veneri, héroe de la Guerra del Chaco.