La fuente señaló que el líder conservador, Boris Johnson, que ingresó en el centro el pasado 5 de abril tras ser diagnosticado el 27 de marzo, y pasó tres noches en cuidados intensivos, seguirá su recuperación en la residencia oficial campestre de Chequers, al oeste de Londres.
“Siguiendo las recomendaciones de su equipo médico, el primer ministro no se reincorporará inmediatamente al trabajo”, señala en una nota el portavoz, que subraya que Johnson, de 55 años, agradece al personal sanitario “el magnífico trato” recibido.
“Sus pensamientos están con los afectados por esta enfermedad”, concluye el comunicado.
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En un mensaje en su cuenta de Twitter, la prometida de Johnson, Carrie Symonds, de 32 años y embarazada del primer hijo de ambos, también da las gracias al servicio nacional de salud (NHS, en inglés) y a las personas que les han expresado apoyo.
“Hoy me siento increíblemente afortunada”, tuiteó la joven, que reconoció que “hubo momentos la pasada semana que fueron muy oscuros”.
“Mi corazón está con todos los que están en una situación similar, muy preocupados por sus seres queridos”, afirma Symonds, que también ha estado aislada con síntomas de la enfermedad, aunque no se ha hecho un análisis.
Al personal del NHS que atendió a su futuro esposo, dice: “Nunca, nunca podré compensaros y nunca dejaré de daros las gracias”.
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En ausencia de Johnson, ejerce de jefe del gobierno el ministro de Exteriores y primer secretario de Estado, Dominic Raab, que de momento se limitó a aplicar “las instrucciones dejadas” por el primer ministro.
A la espera del regreso del líder, aumentan en el Reino Unido las quejas del personal médico y de enfermería, entre otros sectores como el de atención social, por la falta de equipamiento de protección adecuado para atender a los pacientes.
En esta controversia, el Real Colegio de Enfermería (RCN, en inglés) emitió nuevas directrices para sus miembros en las que indica que, en ausencia de equipamiento de protección personal, “en última instancia” pueden negarse a atender a los pacientes, informa la agencia británica PA.
El líder de la oposición laborista, Keir Starmer, pidió que el Parlamento, suspendido desde el 26 de marzo salvo algunas comisiones de control, se reúna cuanto antes para someter a escrutinio la estrategia del Gobierno contra la pandemia.
Starmer señaló que el Ejecutivo debe responder frente a las acusaciones de que el personal sanitario carece de equipamiento así como de los indicios que demuestran que las personas de raza negra y minorías étnicas están sufriendo más los estragos de este virus.
Un portavoz del líder conservador en la Cámara de los Comunes (el representante del Gobierno), Jacob Rees-Mogg, informó hoy de que se trabaja para que el Parlamento reanude sus sesiones virtualmente en la fecha prevista del 21 de abril, después del receso de Semana Santa.