Por Lida Duarte
SÃO PAULO
El aeropuerto internacional de São Paulo, en la ciudad de Guarulhos, puso en funcionamiento este año una nueva terminal cuya construcción se terminó en 18 meses mediante el aporte de capital privado.
La demanda de pasajeros aumentó ante los últimos eventos internacionales, como el Mundial 2014, ocasionando inclusive una gran movilización nacional de brasileños que apoyaban la privatización del aeropuerto de Guarulhos, sin la oposición de sindicatos, según comentó Marcus Santarem, de la concesionaria Gru Airport.
Este apoyo facilitó la decisión del Gobierno Federal de concesionar la terminal más importante de Sudamérica al sector privado que ofertó 1.000 millones de reales (unos 400 millones de dólares) por un contrato de 20 años. Se trata de una alianza que consiste en un 51% de capital privado y 49% de inversión estatal.
La Terminal 3, que actualmente concentra al 80% de los vuelos internacionales del aeropuerto de Guarulho, culminó en tan solo 18 meses mediante este modelo. Una de las exigencias para ofertar ante el Gobierno es la participación en un 10% de un operador de experiencia internacional, lo que promovió que el inversionista en transporte, Invepar, se asocie a AXA, una compañía sudafricana que opera en 11 aeropuertos de África e India.
El Gobierno Federal regula el cumplimiento de las obligaciones contractuales mediante la Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC), que sería una institución similar a la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (Dinac) en Paraguay.
En el caso de la Terminal 3, el sector privado logró entregar las obras en el plazo estipulado, evitando así una multa, según el contrato con el Gobierno. Fue así que la nueva instalación del aeropuerto comenzó a funcionar en mayo pasado, luego de 18 meses de construcción. Con una capacidad de 12 millones de pasajeros por año, la Terminal 3 conecta a la mayoría de los usuarios de 25 aerolíneas que hacen escala en São Paulo, mientras que en las terminales 1 y 2 se concentran los vuelos domésticos.