Según un consorcio creado por los principales medios de comunicación del país para contabilizar los datos a partir de los registros de las secretarías regionales de Salud, a las 8.00 local (11.00 GMT) de este martes, Brasil acumulaba 44.148 muertes y 891.896 casos confirmados de coronavirus, tras registrar 729 nuevos fallecimientos y 23.674 nuevos contagios en las últimas 24 horas.
Tales cifras indican que Brasil registró un promedio de 474,7 muertes diarias por Covid-19 en los últimos tres meses, desde el fallecimiento el 16 de marzo pasado de un hombre de 62 años que estaba ingresado en el hospital Sancta Maggiore de la ciudad de São Paulo y que fue la primera víctima de la pandemia en el país.
La primera víctima vivía en São Paulo, tenía un histórico de diabetes e hipertensión, registró los primeros síntomas de la enfermedad seis días antes de su muerte y al parecer fue contagiado por un familiar que había viajado a Italia.
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Los óbitos en Brasil, de menos de una decena por día en la primera semana, fueron subiendo de forma exponencial hasta la semana pasada, cuando el país registró cuatro días seguidos con más de 1.200 fallecimientos diarios, aunque han caído a menos de mil víctimas diarias en los últimos cuatro días.
El pasado viernes, Brasil desplazó a Reino Unido del segundo lugar en la lista de países con más muertes por coronavirus en el mundo y se consolidó como el segundo país más afectado por la pandemia en el mundo.
Según las estadísticas de la Universidad Johns Hopkins, Brasil solo es superado en número de víctimas por Estados Unidos (116.130) y ya dejó muy atrás a Reino Unido (41.821) y a Italia (34.371).
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A diferencia de los países europeos, que registran un número menor de muertes a cada día, la curva pandémica se mantiene en ascenso en Brasil y aún lejos del pico, que los expertos y hasta el propio Ministerio de Salud esperan que se alcance aún en cuestión de unas semanas en la mayor parte del territorio nacional.
Pese al agravamiento de la pandemia y a que el país aún no llegó al pico de la curva de contagios, la mayoría de los gobiernos regionales y municipales iniciaron en la primera semana de junio una desescalada de las medidas de distanciamiento social que habían adoptado para frenar el avance del Covid-19.
El estado de São Paulo, el más poblado de Brasil, con 46 de los 210 millones de habitantes del país, y el más afectado por la pandemia, alega que el número de muertes, que la semana pasada alcanzó niveles récords, ya comenzó a bajar.
El Gobierno regional, sin embargo, asegura que, si se produce un nuevo repunte, la retomada de las actividades en el estado más rico e industrializado de Brasil podrá ser revisada.