EFE
Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais (sureste de Brasil), reunió a centenas de personas para presionar al presidente brasileño, acusado por un empresario de recibir sobornos desde 2010 y de supuestamente dar el aval para comprar el silencio de un diputado que se encuentra preso.
En Brasilia, la capital del país, unas 300 personas se congregaron en una de las principales vías de la ciudad para pedir también la salida del mandatario, en el poder de manera efectiva desde el pasado agosto.
En la hoja de ruta de las manifestaciones de este domingo también está la convocatoria de elecciones directas si Temer renuncia o es destituido.
En ese hipotético caso, la Constitución brasileña prevé actualmente que el Congreso designe en una elección indirecta a su sucesor, quien gobernaría entonces hasta el 1 de enero de 2019, cuando asumiría el ganador de los comicios del año próximo.
Las protestas están previstas en las principales capitales del país y se espera un mayor número de manifestantes en Sao Paulo, la ciudad más grande y poblada de Brasil, en el periodo de la tarde.
El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, imputado en cinco causas penales, aseguró la víspera que estará en la “trinchera” para presionar por la salida de Temer, quien se ha aferrado al poder y ha insistido que no dejará el cargo.
Temer ha negado cualquier tipo de acto ilícito y ha subrayado que la grabación del diálogo mantenido con el empresario Joesley Batista, dueño del gigante cárnico JBS, en su residencia oficial es “fraudulenta” y fue “manipulada”.
El jefe de Estado pidió al Supremo el sábado que suspenda la investigación abierta en su contra por los supuestos delitos de corrupción y obstrucción a la justicia y la máxima corte analizará la solicitud el próximo miércoles.